Vindicación de Ceuta y Melilla marca inestabilidad marroquí, según arabista

  • El profesor de Historia del Islam en la Universidad de Sevilla Emilio González Ferrín cree que las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla son "un barómetro de inestabilidad social marroquí; cada vez que se produce un bajón de popularidad en Marruecos se azuza el viejo contencioso populista".

Alfredo Valenzuela

Sevilla, 22 sep.- El profesor de Historia del Islam en la Universidad de Sevilla Emilio González Ferrín cree que las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla son "un barómetro de inestabilidad social marroquí; cada vez que se produce un bajón de popularidad en Marruecos se azuza el viejo contencioso populista".

"La excusa histórica de este contencioso es que España nunca se retiró del todo de su Protectorado en Marruecos, cuando lo cierto es que esas ciudades nunca formaron parte de ese Protectorado, que tuvo su capital en Tetuán, y ya eran parte de España desde 1497 -Ceuta algo después, al ser portuguesa en primer término-", ha señalado en un entrevista con Efe González Ferrín.

Ceuta y Melilla, el Sahara en 1975, Perejil en 2002 y las fricciones por asuntos de pesca e inmigración, según el profesor, forman parte del "natural toma y daca estratégico de viejos vecinos".

"El caso concreto de Perejil en 2002, por ejemplo -con recurrentes rebrotes sin mayor trascendencia por el momento-, acalló en su momento tensiones internas entre la corona marroquí y otros actores de la política interior, unas tensiones que bien podían haber llevado a un incierto 23F marroquí aprovechando la aparente debilidad de un rey joven que, merced a la útil tensión con España, consiguió fortalecer su poder", según González Ferrín.

El profesor ha destacado que, mientras tanto, el resto de España contempla a Ceuta y Melilla como "bastiones del pasado, en lugar de avanzadillas de futuro".

Ha añadido que el gran asentamiento del islam en las ciudades autónomas se considera "como merma de españolidad, y no como un hecho natural, como es que cada vez hay más españoles musulmanes".

"Seguramente la cuestión de Ceuta y Melilla sea mucho más simple de lo que aparenta, y es que sus respectivas poblaciones son ya mayoritariamente de religión musulmana, pero a la hora de elegir uno de los dos pasaportes no habrá duda", ha añadido sobre la preferencia de la españolidad entre esta población.

A esta circunstancia ha sumado el profesor la consideración de Ceuta y Melilla como particular "paraíso fiscal para numerosas fortunas medias marroquíes".

Según este profesor, la complejidad radica en que actualmente sólo hay dos tendencias neoislamizantes en Ceuta y Melilla: la institucional marroquí o un Islam absolutamente salafista proveniente de predicadores con conexiones euroislámicas de corte político y radical.

Para González Ferrín, "probablemente sea este un problema mayor que el de la etérea reivindicación marroquí de ambas ciudades; el Islam foráneo que va cuajando en los barrios más desfavorecidos de esas ciudades -el del Príncipe en Ceuta y La Cañada en Melilla, muy especialmente- es de un corte radical que se siente como amenaza por igual tanto en España como en Marruecos".

El profesor ha recordado que la reacción popular musulmana frente a las muertes de La Cañada en 2008 -cuando unos jóvenes fueron asesinados por la mafia sectaria de un extraño islamismo- es indicativa de la inquietud que los propios correligionarios sienten ante el avance de ese Islam ideologizado y militante que se va abriendo paso no sólo en Marruecos, sino en todas las democracias musulmanas.

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