Violadores, pederastas y asesinos de niños sufren la condena de la 'ley de la cárcel'

    • En la 'ley de la cárcel' las mujeres son sagradas, el violador es considerado como el más despreciable de los seres. Los niños también son intocables incluso para las mujeres, que también juran venganza.

    • El parricida de Moraña (Pontevedra) ha sido trasladado a León por su seguridad, ante las amenazas de los presos de A Lama
Cárcel en España
Cárcel en España

La cárcel tiene su propia ley. Y el parricida de Moraña, David Oubelya sabe cómo es y como se las gastan los reclusos con los asesinos como él. Desde que ingresó en el penal de A Lama (Pontevedra) se activaron las alarmas y todos los protocolos de seguridad máxima por las amenazas de los presos dispuestos a linchar al nuevo. Oubel ha estado en una celda individual, acristalada, separada del resto y vigilado en todo momento por otro recluso, hasta que finalmente las autoridades penitenciarias han decidido trasladarle a León por seguridad.

La ley de la cárcel no está escrita en ningún código pero los que entran lo saben y sino los reyes del patio se la susurran rápido. Si alguien nuevo llega a prisión lo primero que debe aprender son las normas de la propia institución penitenciaria y las que los internos han establecido, que son más importantes y más duras. Son códigos que se cumplen sin rechistar. Violadores, pederastas, maltratadores, asesinos de niñas y mujeres y chivatos lo llevan crudo en el 'talego'. Son los indeseables y los peor considerados. Tienen dos sentencias, la del juez y la de los presos más violentos y veteranos, los que gobiernan, mandan y ejecutan. Los que nada pierden.

Dentro mandan los 'kie' (jefes) que tienen a sus 'machacas' (seguidores) y que dictan a qué ful (víctima) hay que darle matarile con el jandrón (cuchillo de fabricación casera que suelen hacer con los muelles de un somier). Odian a todos los que atenten contra mujeres, mucho más si son niñas. Sólo el aislamiento y los funcionarios les pueden proteger, pero si tienen la mala suerte de quedarse solos, ser trasladados de módulo o coincidir con los más duros su vida corre peligro. Es también un aviso para los de fuera. Una advertencia de que sus mujeres, hijas y familias también pueden ser víctimas y que no lo permiten. Ojo por ojo, aunque no les toque de lleno.

Hay ejemplos de cómo funciona el código carcelario. Uno de los presos más peligrosos y antiguos de España es Dieguito 'El Malo'que lleva entre rejas más de 30 años de los cincuenta y muchos que ahora tiene. Es un auténtico kie, de los que mandan y ejecutan. En 2009 envió una carta a la revista Interviu en la que advertía y amenazaba a los asesinos de Marta del Castillo. Solo leerlo da miedo: "Entregar inmediatamente el cuerpo de Marta porque de lo contrario no podréis soportar lo que os espera en la cárcel". Y seguía: "Un consejo os doy: la verdadera condena, la que ni los violadores casi pueden resistir, incluso sin haber matado, vendrá de la población reclusa. Los presos han hecho este caso suyo, como si se tratase de una hermana, una hija, una compañera o una madre. No podréis ir a cagar a gusto ni tan solo uno de los miles de días ni sus noches sin fin, con la asegurada enfermedad del sueño. Por donde paséis desearéis estar muertos... Tenéis los días contados". Así se las gastan dentro del 'trullo' con los violadores y pederastas.

Uno de ellos, el pederasta conocido como 'Nanisex' (Álvaro I.G.) estuvo a punto de morir nada más ingresar en la cárcel de Alcalá Meco. Ya en el camino hasta el penal fue agredido en el furgón que le trasladaba, pero una vez dentro fue internado en el módulo más conflictivo y duro. Los reclusos rompieron la ventana de su celda desde el patio y metieron una toalla en llamas.

Peor parado salió José Antonio Rodríguez Vega. El conocido como 'El Mataviejas' murió de 113 puñaladas en el penal de Topas, en Salamanca, el 24 de octubre de 2002. Estaba en la lista negra de los capos de la cárcel por sus asesinatos, pero lo que le costó la vida fue su afición a ser un 'chusquel', o lo que es lo mismo el que le canta a los carceleros todo lo que pasa y escucha. Y eso entre barrotes es sagrado. Le trasladaron a Topas desde Almería donde su cabeza tenía precio. Tuvo mala suerte y cayó en la tercera galería, llena de gente con muchos meses de trena y motines. Le mató 'El zanahorio' (Felipe Martín) durante un paseo por el patio con su compinche Daniel Rodríguez. Habían conseguido meter dos 'pinchos' en el patio. Uno de ellos dentro de un tetra brick. Le pegaron primero en la cabeza y luego le cosieron a puñaladas

Las cosas no han cambiado en el código, pero sí para los violadores y pederastas con los que se intenta que no se conozca su identidad y sus delitos e instalarlos en módulos de respeto o de aislamiento acompañados las 24 horas del día. Para muchos violadores, pederastas y asesinos de niños o mujeres la prisión puede ser una pena de muerte, la que dicta la ley del 'talego'.

En el ambiente carcelario existen unos mandamientos que nadie se atreve a saltarse:

Muerte al chivato. Nadie ha oido, ha visto, ni sabe nada.

Las deudas hay que pagarlas siempre.

Las mujeres son sagradas, el violador sigue estando considerado como el más despreciable de los seres que entran en la cárcel.

Los niños también son sagrados en esta ley no escrita. Incluso para las mujeres. Una de ellas, que había matado a su hijo nada más nacer, fue agredida por todas las reclusas nada más llegar y tuvo que ser trasladada.

Asesinar es gratis. Los que tienen las condenas más largas, 'ruina' en la jerga, saben que les quedan más años de condena que de vida y si hay que quitar a alguien del medio lo hacen.

Es fundamental respetar la jerarquía. Sobre todo, las ordenes o los deseos del 'kie'.

Respetar al 'gallo' y también tener cuidado. El 'gallo' es un preso de los duros, de los de mejor historia entre rejas. Se hace famoso porque nunca se ha chivado de nada, aguante las celdas de castigo.

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