"Voces prohibidas", internet como la vía de escape de la libertad de opinión

  • La irrupción de internet abrió una ventana al exterior en aquellos países donde se castiga la libertad de expresión y tres mujeres de Cuba, Irán y China hicieron de la red su vía de denuncia. Su experiencia como blogueras la ha llevado la realizadora suiza Barbara Miller al documental "Voces prohibidas".

San Sebastián, 23 abr.- La irrupción de internet abrió una ventana al exterior en aquellos países donde se castiga la libertad de expresión y tres mujeres de Cuba, Irán y China hicieron de la red su vía de denuncia. Su experiencia como blogueras la ha llevado la realizadora suiza Barbara Miller al documental "Voces prohibidas".

La película se proyectará mañana en el XI Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián y al pase acudirá la periodista y bloguera Yoani Sánchez, protagonista de esta historia junto a su colega iraní Farnaz Seifi y la activista china por los Derechos Humanos Zeng Jinyan.

Hoy, su directora ha presentado el documental en rueda de prensa, en la que ha hablado de las dificultades a las que se enfrentó para filmar las peripecias de estas disidentes, pioneras en poner nombres y apellidos a las denuncias contra los abusos de los regímenes políticos de sus países.

La rebeldía contra el poder tuvo un coste para todas ellas: el exilio en Alemania de Farnaz Seifi, el arresto domiciliario y posterior separación de su marido, encarcelado durante tres años y medio, de Zeng Jinyan, y la imposibilidad de viajar fuera de Cuba de Yoani Sánchez, que fue también agredida.

Miller ha explicado que el equipo de rodaje entró a los tres países como turistas, aunque en Irán sólo lo hizo el cámara Peter Indergand, que en cuatro días fue arrestado dos veces y acabó siendo interrogado en Teherán "por el jefe de Policía en persona".

En Pekín fue imposible grabar a Zeng Jinyan, porque se encontraba bajo arresto domiciliario y su domicilio estaba vigilado las 24 horas del día, de modo que las secuencias que aparecen en "Voces prohibidas" las filmó ella misma.

Eso explica que el filme se detenga más en el caso de Sánchez, ya que sí tuvieron la posibilidad de filmar en su casa con "bastante tranquilidad".

Fue más complicado hacerlo en el exterior, por lo que las imágenes de la Habana y otros lugares de la isla en las que aparece la bloguera fueron captadas por ella misma y su marido.

"Esas son las limitaciones cuando se hace una película así", afirma la documentalista, que también rodó con una activista de Kenia, que finalmente abandonó esta labor.

Miller ha destacado que "el sacrificio personal" de las tres "fue muy grande". "Pero una vez que empiezan y han pagado un precio tan alto, ya no pueden ir marcha atrás. Lo hacen por el futuro, por sus hijos, por ellos quieren cambiar algo", ha añadido.

Recalca que su película no es feminista y que su interés por estas mujeres, convertidas ya en famosas y seguidísimas blogueras, vino por su forma de escribir, "muy personal, y de hacer frente a la censura "sin grandes palabras políticas, sin eslóganes".

"Bloguear las sitúa en el mismo lugar que los hombres. Es un diálogo donde el género queda fuera", ha destacado.

Miller sigue manteniendo contacto con las tres, con Seifi, que sigue en Alemania y espera poder regresar algún día a su país; con Zeng Jinyan, a la que han permitido vivir con su hija de cuatro años en Hong Kong, pero obligada a separase de su marido, que permanece en arresto domiciliario; y con Sánchez, que ha podido viajar fuera de Cuba tras la entrada en vigor de la nueva normativa migratoria.

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