Voluntarios para atender a migrantes desamparados

  • Al otro lado del teléfono, se oye la voz angustiada de una mujer, atrapada en un islote griego sin agua ni comida. Desde Estrasburgo, en el este de Francia, Hatem Gheribi le contesta. Hoy se encarga de atender las llamadas para la red de ayuda a los migrantes "Watch the Med".

Varios activistas e investigadores lanzaron en 2012 esa red internacional, cuyo nombre significa "Vigila el Mediterráneo". La organización recibe las llamadas de migrantes desamparados y orienta las búsquedas para localizarlos y rescatarlos.

Al igual que Gheribi, un centenar de voluntarios se dan el relevo en países como Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Marruecos y Túnez para contestar a las llamadas las 24 horas del día.

"Todo se hace por internet. Cada uno de nosotros se propone durante unas horas y reserva su turno en una agenda electrónica con una semana de antelación", precisa Marion Napoli, que colabora desde Italia, donde también dirige un centro de acogida para migrantes.

Las tarjetas de visita con el número de la asociación (+33486517161) se distribuyen en los países de partida de los migrantes que viajan rumbo a Europa, y también en los principales pasos fronterizos, como el puerto francés de Calais, puerta de entrada a Reino Unido. El boca a boca entre refugiados permite una amplia difusión del número de teléfono.

Los militantes estrasburgueses, miembros de la Asociación de Trabajadores Magrebíes de Francia (ATMF), suelen colaborar entre tres y cuatro veces al mes para Watch the Med, pero Gheribi indica que hace "un poco más", sobre todo durante el verano, un periodo que corresponde con la mayor llegada de migrantes a Europa.

La mujer con la que habla por teléfono habla muy rápido, en árabe. Dice que se encuentra en un islote aislado, con varios centenares de migrantes. Como siempre, Gheribi apunta toda la información posible, desde la localización de los refugiados hasta el número de personas afectadas.

Pavlos Antoniadis, un investigador griego en musicología de la universidad de Estrasburgo, toma el testigo y llama a la guardia costera y a la policía griega para acelerar el rescate de los migrantes.

"Ese mecanismo puede salvar vidas", explica Antoniadis. Según él, "la sociedad civil tiene un papel que desempeñar, mostrando que vigila la forma en que las autoridades cumplen con sus obligaciones".

Mientras el investigador trata de convencer a las autoridades griegas de la necesidad de actuar rápidamente, Gheribi se encarga de otras situaciones críticas.

"En la primera llamada que recibí, no tenía coordenadas GPS, pero el señor me envió una foto", explica Gheribi, enseñando una imagen en la que se ven hombres, mujeres y niños acurrucados en el puente de un barco.

"Otro miembro de la red, en Túnez, hizo una simulación para determinar dónde se encuentra el barco".

"Formamos un movimiento ciudadano horizontal", dice el voluntario. "Como ciudadanos europeos, tenemos derecho a vigilar y a criticar Frontex", la agencia europea encargada de fronteras exteriores de la Unión Europea.

A veces Watch The Med recibe información de forma indirecta. El cura eritreo Mussie Zerai, cuyo número de teléfono también se reparte mucho entre los migrantes, ya ha recurrido en más de una ocasión a la red tras haber recibido llamadas de auxilio.

Más allá de la asistencia telefónica, la red se encarga de cartografiar las violaciones de los derechos de los migrantes en el mar. Sus fundadores lo definen como "una sala de control marítimo en línea participativa", cuyo objetivo es "contribuir a poner fin a las muertes de migrantes en el mar y promover otra visión del Mediterráneo".

Más de 350.000 migrantes cruzaron el Mediterráneo desde enero y más de 2.643 personas murieron en su travesía hacia Europa, según el último balance de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

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