Wael Ghonim, el ejecutivo que instigó la revolución egipcia desde internet

  • El egipcio Wael Ghonim, ejecutivo de la multinacional Google, instigó la pasada revolución egipcia desde las redes sociales y se convirtió con el tiempo en un ejemplo de activismo a nivel internacional.

Belén Delgado

El Cairo, 24 ene.- El egipcio Wael Ghonim, ejecutivo de la multinacional Google, instigó la pasada revolución egipcia desde las redes sociales y se convirtió con el tiempo en un ejemplo de activismo a nivel internacional.

El entonces director de márketing de Google para Oriente Medio y el Norte de África fue, durante los días en que duró la revuelta, una de las caras más mediáticas de la oposición al régimen de Hosni Mubarak.

Ghonim, de 31 años y creador del famoso grupo de Facebook "Todos somos Jaled Said", en recuerdo a un joven que fue golpeado hasta la muerte en junio de 2010 en Alejandría por agentes de paisano, fue arrestado durante la revolución.

El 27 de enero pasado, agentes policiales de civil lo detuvieron en una calle de El Cairo poco después de escribir en Twitter: "Reza por Egipto. Estoy preocupado porque parece que el Gobierno planea un crimen de guerra mañana y estamos dispuestos a morir".

El joven fue liberado el 7 de febrero y en entrevista con una televisión egipcia por satélite recordó a los "mártires de la revolución", en las que fueron unas de las primeras declaraciones que hacía un activista político que acababa de ser liberado.

En directo, se echó a llorar y apuntó: "Quiero decir a cada padre y cada madre que perdieron a su hijo que lo siento, pero no es nuestro error. Juro por Alá que no es nuestro error, es el error de cada uno que se eterniza en el poder y no lo quiere dejar".

Las imágenes televisivas conmovieron al mundo e hicieron saltar a la fama a este integrante de la comunidad internauta egipcia, un país donde los blogs eran uno de los principales focos de oposición y sus autores, perseguidos por el régimen.

Nacido en El Cairo, criado en Arabia Saudí y residente en Dubái hasta hace un año, Ghonim dijo en un principio que no concedería entrevistas a medios internacionales pero poco después comenzó a aparecer en las principales cadenas mundiales de televisión.

Su papel despertó recelos en una rebelión que había destacado hasta entonces por su espontaneidad y la ausencia de líderes, pero él mismo se encargó de considerar que los "verdaderos héroes" eran aquellos que habían permanecido en la plaza Tahrir, epicentro de la revolución.

Con el tiempo, ayudado por la comunidad internauta de Egipto y sus numerosas intervenciones en los medios internacionales, Ghonim saltó al estrellato y comenzó a aparecer en foros y debates por doquier.

Incluso llegó a hacerle sombra al premio nobel de la paz Mohamed el Baradei, un dirigente de la oposición que también se sumó a la rebelión de Egipto días después de que hubiera estallado, con la intención de convertirse en uno de sus líderes.

Ghonim, que estudió ingeniería informática en Egipto, está casado con una estadounidense y es padre de dos hijos, evita en lo posible el contacto con los periodistas en su país natal.

Se niega a dar su número telefónico ("No puedo atender 200 llamadas al día", manifestó en su día a Efe) y pide ser contactado por correo electrónico.

Tiene sus fieles y también sus detractores. Algunos de estos últimos integran el grupo "Los que odian a Wael Ghonim" que se encuentra en la red de Facebook, la misma herramienta con la que el activista se dio a conocer.

Incluido en la lista de las cien personas más influyentes del mundo según la revista "Time", en los últimos meses Ghonim decidió tomarse un periodo sabático en Google para emprender el proyecto de una ONG para luchar contra la pobreza mediante la tecnología.

El periódico español "El Mundo" le entregó ayer su Premio internacional de Periodismo, el cual no fue a recoger por considerar que la lucha por la democracia aún está en marcha.

Además, Ghonim acaba de publicar el libro "Revolución 2.0", donde narra cómo vivió la revuelta que desbancó del poder a Mubarak y en la que, como él, participaron cientos de miles de personas.

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