En un comunicado este martes, Vilà ha dicho que "en ningún caso" afirma que la explosión tenga nada que ver con las infracciones de años anteriores, pero ha expresado que quiere poner énfasis en la necesidad de que las actuaciones municipales hagan cumplir la normativa y sean diligentes para evitar males mayores.
La reclamación que recibió la Síndica era por falta de resolución del Distrito del Eixample ante los problemas de ruido, humos, olores, calor y riesgos para la salud provocados por el obrador, y la primera queja contra el local que recibió el consistorio es del 26 de julio de 2004.
Según Vilà, los servicios y autoridades municipales no utilizaron de manera "diligente y consistente" los instrumentos tecnicoadministrativos a su alcance para garantizar el cumplimiento de la normativa.
La Síndica ha asegurado que, según el Distrito, no se detectaron problemas de salubridad, de olores ni de humos, ni deficiencias graves con la instalación eléctrica, aunque la estructura del local estaba "afectada parcialmente" por humedades del piso superior.
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