El tipo de combustible, en el foco

El sector del transporte marítimo también será cero neto en emisiones en el 2050

Para cumplir con su compromiso medioambiental, la industria naviera internacional comienza un proceso que requerirá la movilización de numerosos recursos de fabricación, refinación, financieros y humanos.

Barco
El transporte marítimo afronta un nuevo reto tras fijar su objetivo 'net zero' en 2050
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La industria naviera internacional ha dado un gran paso en la carrera por lograr las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, fijando este objetivo de cara al año 2050. Así lo ha establecido la Organización Marítima Internacional (OMI) tras concluir la reunión de Protección del Medio Marino, celebrada este viernes en Londres. Un objetivo, que puede suponer un punto de inflexión en el sector del transporte marítimo, que representa aproximadamente el 3% de las emisiones de CO2 provocadas por el ser humano.

Tal y como recoge Bloomberg, entre unas largas y arduas negociaciones, fijar la fecha de este objetivo 'net zero' ha sido lo más sencillo. Esta nueva decisión muestra a la industria la hoja de ruta para comenzar la reducción de emisiones. Un proceso, que requerirá la movilización de numerosos recursos de fabricación, refinación, financieros y humanos. Aquí, entran en juego la disponibilidad y coste de las tecnologías de transporte limpias, los detalles de cumplimiento y aplicación, y la interacción con otras regulaciones como el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE.

Entre los objetivos establecidos desde la OMI, destaca que el 5% de la energía utilizada en el transporte marítimo esté compuesta por emisiones cero o casi cero para 2030. Así, el sector estima que se consumirán cerca de 6 millones de barriles equivalentes de petróleo al día en el transporte marítimo para dicho año. Para poder llegar a tiempo a esta meta, ya se están electrificando algunas clases de embarcaciones, pero los combustibles más limpios son la única opción práctica para conseguir el objetivo fijado en este limitado plazo. Existen recursos como los biocombustibles que pueden emitir un 70% menos de CO2 que los actuales, sin embargo, su uso conlleva limitaciones de suministro y un coste superior.

No obstante, la industria de combustibles limpios afronta este reto como una oportunidad para aumentar sus compromisos de producción. Tanto, que según las estimaciones elaboradas por Bloomberg, para 2030 se pondrá en funcionamiento hasta cuatro veces más capacidad de combustible renovable en comparación con 2022, mientras que la producción de hidrógeno limpio se expandirá casi 50 veces en el mismo periodo.

Pero ahí radica un desafío importante para los propietarios de buques y cargamentos. El transporte por carretera y la aviación también buscan el mismo combustible y las mismas materias primas, mientras que el hidrógeno tiene usos potenciales que van más allá de la producción de combustible para el transporte. Los proveedores de combustible y las aerolíneas ya han firmado acuerdos de compra para los primeros seis meses de este año por cerca de 900,000 toneladas de combustible de aviación sostenible. Además, la infraestructura de almacenamiento y repostaje aún por desarrollar en los puertos globales del mundo también retrasará la adopción de algunos combustibles, lo que complica aún más los desafíos del transporte marítimo.

¿Qué combustible liderará la transición?

En ese contexto, la gran pregunta es si la industria se decidirá por un solo combustible o por una multitud de combustibles más limpios. Ninguna opción es ideal. Las limitaciones de suministro pueden limitar la disponibilidad de un combustible individual, mientras que las diferencias en infraestructura y diseño de buques y motores dificultan el uso de múltiples combustibles en toda la flota.

Otras cuestiones que requieren atención son los mecanismos para monitorear y respetar el cumplimiento, así como la interacción con regulaciones como el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE. Aun así, no es la primera vez que la industria tiene que cumplir con un estándar global. Se llevó a cabo un proceso aproximadamente similar con la introducción en 2020 de los requisitos de contenido de azufre, en el que los puertos desempeñaron un papel central en el cumplimiento.

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