El COI ha llegado a este acuerdo tras la celebración de una reunión con los líderes de las distintas disciplinas deportivas, con quienes se ha decidido que la AMA supervise los distintos controles a los atletas mientras que las sanciones corran a cargo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Los controles son normalmente realizados por las distintas agencias nacionales antidopaje o por las federaciones internacionales de cada deporte, que también deciden las sanciones que se imponen. El papel de la AMA es meramente regulador y se limita a, entre otras cosas, emitir la lista de sustancias prohibidas.
La llamada Cumbre Olímpica, organizada a puerta cerrada en un lujoso hotel de Lausana, ha propuesto que la AMA tenga un mayor control sobre las distintas agencias nacionales antidopaje así como una mayor supervisión de los programas antidopaje que se establecen en ellas.
El COI ha confirmado que las propuestas se han planteado ya a la AMA, que tiene la última palabra para su aprobación y dará a conocer su veredicto en la siguiente reunión que tendrá lugar en noviembre.
Las relaciones entre el COI y la AMA han sido tirantes desde que la segunda emitiese dos informes que revelaban una evidente trama de dopaje sistemático en Rusia. El máximo organismo regulador del deporte decidió no sancionar al equipo ruso en los Juegos Olímpicos de Río, dejando la decisión en manos de las distintas federaciones.
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