"Sabíamos que iba a ser un partido duro. Feliz por mi equipo, por mis compañeros y un sabor medio agridulce por volver aquí por primera vez después de tantas cosas buenas y esa sensación rara de ver a tus amigos tristes. Es la profesión, hay que enfrentarse, pero al revés ellos estarían tristes por mí", indicó en declaraciones a beIn Sports.
El brasileño explicó su abrazo con su compatriota Neymar al final del partido, con el delantero llorando. "Esto es así. Nos hemos tenido que enfrentar y yo no quería por esas sensaciones de que lo vivimos juntos y ahora separados es duro, pero los sentimientos hay que dejarlos fuera y hacer tu trabajo. Hay que levantarse y seguir adelante", indicó.
Por último, Alves se refirió al sorteo del viernes. "Lo que queríamos era estar en el bombo el viernes. Lo hemos conseguido y ahora es el que toque. El objetivo está muy cerca y no se puede elegir. Todos los rivales tienen sus méritos y hay que prepararse muy bien", finalizó.
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