Según las informaciones, Hayward firmaría un contrato de 128 millones de dólares (112,7 millones de euros) por cuatro temporadas con la franquicia de Massachusetts, la más laureada de la NBA con 17 campeonatos.
"Después de siete años en Utah, he decidido unirme a los Boston Celtics", confirmó el jugador en 'The Players Tribune'. "Esta es la decisión más dura que he tenido que hacer en mi vida. Nos cambiará la vida a mí y a mi familia", escribió el alero, que esta temporada ha promediado 21,9 puntos por partido, 5,4 rebotes y 3,5 asistencias.
"Sé que será duro oírlo para los fans de los Jazz. Estos siete años han significado todo para mí. Pienso en todos los compañeros que he tenido aquí, como Jeremy (Evans). Quiero dar las gracias por todo", añadió el jugador de 27 años y 2,03 metros de altura.
Una persona clave en el fichaje de Hayward por los Celtics es su entrenador, Brad Stevens, que ya le entrenó en la Universidad de Butler y con el que volverá a coincidir en la franquicia bostoniana. "Sabía que era la persona con la que más podía contar", confesó Hayward.
Las reacciones a su marcha de Salt Lake City no se hicieron esperar. Así, el base español Ricky Rubio, recién traspasado por la franquicia de Utah por Minnesota Timberwolves, se limitó a mostrar en su perfil oficial de 'Twitter' un emoticono expresando su tristeza.
Con este fichaje, los Celtics esperan confirmarse como la gran amenaza de los Cleveland Cavaliers de LeBron James en la lucha por la Conferencia Este y reforzar su candidatura al anillo. Hayward estará acompañado en Boston por jugadores como Isaiah Thomas, Al Horford o Avery Bradley con los que esperan continuar con la progresión ya ofrecida esta campaña.
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