En Israel, un joven croata en el punto de mira de cazatalentos de la NBA

Entre el ruidoso público del Payis Arena de Jerusalén, Mitch Kupchakun, mánager general de Los Angeles Lakers, sólo tiene ojos para un joven alto venido de Croacia y que tiene una endiablada capacidad para desesperar a los rivales y conseguir canastas importantes.

El objeto de su atención se llama Dragan Bender. A sus 18 años, ese nombre todavía es conocido apenas por los grandes aficionados del básquetbol, pero se trata de uno de los diamantes en bruto más cotizados del mercado.

Bender juega actualmente en Israel, en el Maccabi Tel Aviv, y se espera que en un futuro, más pronto que tarde, dé el ansiado salto al campeonato norteamericano de la NBA, la tierra prometida de cualquier jugador de básquet.

Es consciente del interés que suscita, pero no parece presionado, demostrando una sangre fría inusual para un joven de su edad, que todavía está en la educación secundaria.

"Vienen a ver los partidos , seguro", dice sobre los ojeadores de la NBA, "pero es el tipo de presión que hace falta siendo profesional".

Esa noche, el representante de los Lakers vio al Maccabi perder en el campeonato nacional por 66 a 73 ante el Hapoel Jerusalén. Pero sobre todo ha visto a Bender conseguir 11 puntos para su equipo y, seguro que ha tomado nota, 9 de ellos fueron en triples.

Una polivalencia muy interesante para un jugador que domina también bajo el aro por sus 2,13 metros de altura.

El juego ha evolucionado en los últimos años en la NBA, donde se buscan cada vez más jugadores con esa envergadura, que sean capaces de imponer su ley bajo la canasta y en el rebote, pero también desquiciar a la defensa rival con puntería en sus tiros desde lejos.

Cuando además el jugador consigue moverse con cierta agilidad, todo parece servido en bandeja de plata para ser uno de los primeros en el 'draft' de la NBA, cuando los dirigentes de la NBA hagan su selección entre los miles de jóvenes aspirantes a la liga de las estrellas.

Bender es un jugador muy maduro pese a su corta edad, en gran medida porque comenzó muy pronto y lleva ya años como profesional.

Nacido en Bosnia-Herzegovina y muy pronto catalogado como gran promesa, se mudó con su familia a Croacia a los 12 años. Allí frecuentó una escuela de básquet entonces dirigida por Nikola Vujcic, una vieja estrella croata del Maccabi. Hoy Vujcic es mánager del Maccabi, con lo que los caminos de ambos siguen muy cercanos.

Bender tenía 15 años cuando comenzó como profesional en Croacia. A los 16 años fichó ya por el Maccabi y después de un año en la segunda categoría pasó a jugar ya en el equipo de élite este curso.

Actualmente, Carl Berman, de NetScouts Basketball, una agencia estadounidense de 'cazatalentos' de este deporte, ve en él "el mejor jugador de gran altura que estará disponible en el draft este año" y uno de los cinco mejores entre todas las estaturas.

"Para su altura, Bender es muy fluido y polivalente", estima Berman.

Bender tiene todavía que hacer algunos progresos para poder consolidarse en el universo de la NBA contra LeBron James o Stephen Curry. Tendrá que ganar fuerza.

"Lo que todos olvidan es que tiene apenas 18 años", dice Vujcic, "pero se entrena todos los días".

Las comparaciones son inevitables y ya hacen paralelismos con otros europeos de la NBA, como el alemán Dirk Nowitzki de los Dallas Mavericks o el letón Kristaps Porzingis de los New York Knicks.

Bender, por su parte, continúa dando pasos hacia adelante.

"Basta con que llegues desde Europa y seas relativamente alto para que enseguida te comparen con Porzingis o Dirk Nowitzki. Yo sólo pienso en construir mi juego y mi propia personalidad en la cancha", dice.

"Trato de estar únicamente concentrado en esta temporada y en mi equipo", asegura, aunque es muy consciente de que las miradas están puestas en él y de que el futuro parece depararle un destino más dorado que el básquet israelí.

Mostrar comentarios