Luka Modric, el clon de Zidane en el campo con cara de Cruyff

Desde el inicio de su carrera, al croata Luka Modric le llaman el 'Cruyff de los Balcanes' por su parecido físico con el icono del fútbol holandés, pero por su estilo de juego parece más la reencarnación de Zinedine Zidane, su actual técnico.

Cruyff tenía más punta de velocidad, más capacidad para driblar a sus contrarios y sobre todo, era mucho más goleador.

Modric, que de joven tenía al 'Flaco' holandés como ídolo es un clásico organizador del juego, de los que hacen jugar a sus equipo, aunque esa importancia no se visualice después en las estadísticas.

Desde que llegó al Real Madrid, va a hacer cuatro años, el croata se ha convertido en una pieza básica del juego blanco, sea quien sea el inquilino del banquillo: José Mourinho, Carlo Ancelotti, Rafael Benítez o, ahora, Zinedine Zidane.

Como volante parece la reencarnación del francés: dominio perfecto del balón, gran capacidad de romper líneas defensivas con sus pases y excelente enlace entre la defensa y la delantera.

Quizás no tenga tanto gol como el francés, pero tiene una capacidad defensiva mucho mayor.

De ahí que sus entrenadores, entre ellos Zidane, le utilicen también como mediocentro cuando el brasileño Casemiro no está en el once inicial y el papel de enlace lo ocupa entonces Isco o James.

"Puedo jugar en todas las posiciones del centro del campo", dice el croata en su presentación en la web del Real Madrid.

El jugador, nacido en Zadar hace 30 años (cumplirá 31 en septiembre), no se lleva los focos como la 'BBC', pero la delantera formada por (Karim) Benzema, (Gareth) Bale y Cristiano (Ronaldo) no sería tan determinante si el croata no les abasteciese de balones.

El equipo nota mucho cuando no está Modric dirigiendo la orquesta blanca. De hecho, muchos analistas consideran que la grave lesión que sufrió a mediados de noviembre de 2014, de la que se resintió en abril de 2015 poco después de su reaparición, fue el inicio del fin del Real Madrid de Ancelotti, que de acumular récords y deslumbrar con su juego a finales de año acabó la temporada sin títulos y con el técnico italiano en la calle.

Discreto fuera de la cancha, en el césped nunca se esconde y saca a relucir un carácter forjado en su dura infancia, cuando tuvo que huir de casa con su familia tras el estallido de la guerra de los Balcanes.

Un triunfo con el Real Madrid en Milán le permitiría superar a otro mito del madridismo y del fútbol croata: Davor Suker.

El actual presidente de la federación croata de fútbol fue uno de los artífices de la 'Séptima' Copa de Europa, con la que el Real Madrid regresó a la élite del fútbol continental (1999).

Suker también fue el líder de la joven selección croata que acabó en la tercera posición en el Mundial de 1998.

Modric, que se dio a conocer con 20 años al mundo futbolístico en la Eurocopa-2008, llegando a los cuartos de final y formando parte del equipo ideal del torneo, lo que le supuso el pase del Dínamo de Zagreb al Tottenham inglés, nunca ha podido después confirmar su clase con un gran papel en un torneo internacional.

En la próxima Eurocopa en Francia (10 de junio-10 de julio) tendrá la ocasión de entrar definitivamente en la historia del fútbol croata. El reconocimiento en el Real Madrid ya lo tiene, aunque una actuación decisiva en Milán también le haría ganarse, para siempre, el corazón de la afición blanca.

mcd/psr

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