Lukaku, goles y lágrimas belgas

El atacante belga Romelu Lukaku respondió con un doblete en el triunfo 3-0 ante Irlanda a las ácidas críticas que le llovieron tras su pálida actuación frente a Italia (0-2) en el debut, pero ahora sueña con "levantar la Copa" de la Eurocopa para evitar que digan en el futuro que Bélgica tiene "una generación de oro que no ganó nada".

El atacante del Everton pudo liberar a su equipo con su gol a los 48 minutos, ese que abrió el camino a la goleada y llevó tranquilidad a su entrenador Marc Wilmots, a quien fue a buscar para unirse en un abrazo emocionare en su festejo, después de que el DT confiara en Lukaku al alinearlo como titular en Burdeos.

"De hecho, corrí hacia mi hermano (Jordan) pero me encontré con el entrenador en el camino. Hubo un famoso choque, pero soy más grandote que él", bromeó Lukaku.

El gol había sido un poco de Wilmots, porque el entrenador podría haberlo dejado en el banquillo, después de que Lukaku perdiera muchos balones y desperdiciara ocasiones claras de gol en el 0-2 ante la Squadra Azzurra.

"Si dejaba a Romelu en el banco, pienso que el torneo se terminaba para él. Tenía con mantenerlo con confianza", explicaba más tranquilo Wilmots, quien tomó las cosas como una especie de revancha hacia los periodistas que lo habían criticado acusándolos de "manipuladores".

Lukaku es un coloso de 1,91 y 94 kilos con un corazón dulce. Tras abrazarse con Wilmots, se largó a llorar de emoción en los brazos de su hermano Jordan en el banquillo de suplentes.

"Es la persona que más cuenta para mí. Me quedé un buen rato en sus brazos porque no quería que todo el mundo viera mis lágrimas", comentó el centrodelantero antes de mencionar su infancia.

"De chico tuve que hacer sacrificios. Económicamente, no era fácil. Le dije a Jordan que veníamos de lejos. Hoy estamos los dos en la Eurocopa", reveló.

Su segundo tanto en el partido liquidó la historia, sellando el 3-0 irremontable para los irlandeses. Pero en el festejo, Lukaku prefirió apuntar hacia la tribuna y poner sus manos en sus orejas, para intentar escuchar si había más críticas.

"Romelu falla una ocasión y súbitamente es un desastre", lamentó Wilmots, apuntando a los periodistas que golpean a los Diablos Rojos en sus columnas.

"Tuvimos una reunión entre los jugadores hace dos días", sostuvo Lukaku. "Todo el mundo pudo expresar sus impresiones. Eso nos hizo bien y pudimos responder a las críticas, pero tenemos que seguir creciendo en el torneo".

Máximo artillero belga en actividad (17 goles en 48 partidos), Lukaku es uno de los elementos de la llamada generación de oro de Bélgica, número dos mundial, que casi todos los seleccionadores apuntan como el equipo con más jugadores talentosos del torneo. Hazard, De Bruyen, Courtois... y la lista es larga, pero el fútbol es un deporte de equipo y no de individualidades, algo que Wilmots sabe y debe trabajar.

"Tenemos que seguir progresando. Tengo ganas de levantar la Copa y desatar la fiesta en Bruselas. No quiero que se hable de generación de oro que no ganó nada", dijo Lukaku.

bnl/gv

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