Muguruza sigue alicaída y cae en los octavos de final de Pekín ante Kvitova

  • La tenista hispano-venezolana estuvo demasiado errática y entregó el primer set fácilmente (6-1). En el segundo aguantó con su saque pero cometió una doble falta clave (6-4).

    Desde que conquistó su primer Roland Garros en París, los resultados de Garbiñe Muguruza no han sido los esperados

Muguruza sigue alicaída y cae en los octavos de final de Pekín ante Kvitova
Muguruza sigue alicaída y cae en los octavos de final de Pekín ante Kvitova
EUROPA PRESS
L. I. D.

La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza sigue en su delicado estado de juego y resultados y sumó un nuevo revés al caer eliminada en los octavos de final del torneo de Pekín, puntuable para la WTA y donde defendía título, ante la checa Petra Kvitova, que se impuso en dos sets por 6-1, 6-4.

Salvo algunos destellos, como las semifinales en Cincinnati o los cuartos de final en Tokio, las sensaciones de la de Caracas desde su gran conquista de Roland Garros no está siendo excesivamente positivo y su presencia en la cita de 'maestras' de Singapur se sigue complicando.

La número cuatro del mundo tenía un duro choque en los octavos de final del torneo chino ante Kvitova, rival por estar en el evento que reúne a las ocho mejores del año y que se mostró muy superior a la hispano-venezolana, y la española se mostró demasiado errática.

Muguruza comenzó mal el partido y pese a recibir los consejos de su técnico, Sam Sumyk, entregó sin demasiada resistencia el primer set por un claro 6-1 en poco más de media hora, donde ya demostró que no era su día al resto. Su rostro en el banquillo tampoco invitaba a la esperanza de una reacción ante la centroeuropea.

La actual campeona intentó mejorar en la segunda manga y logró mantener la igualdad mientras su servicio funcionó. Kvitova, por su parte, continuó sin ofrecer resquicios con el suyo y esperó a que llegase su oportunidad. Esta se produjo en el séptimo juego, donde la segunda cabeza de serie cometió dos dobles faltas y perdió su saque, una desventaja que ya le fue imposible de recuperar para despedirse de Pekín.

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