No obstante, en un comunicado hecho público por Stepanova y su esposo Vitaly, aseguraron que escribieron al COI pidiendo una revisión, 10 días antes del inicio de la competición.
"La decisión (del COI) es injusta, porque se basa en declaraciones erradas y falsas", dijeron en un comunicado Stepanova y su esposo Vitaly, donde pidieron al organismo una revisión de su decisión. La mediofondista pudo participar como neutral en los pasados Europeos de Amsterdam gracias al visto bueno de la IAAF y como reconocimiento a su contribución a la lucha contra el dopaje.
El COI apuntó que tanto la atleta como su marido podían acudir a Río como invitados, pero sin poder competir, argumentando que su pasado marcado por el dopaje la convertía en no apta, pero Stepanova rechazó este ofrecimiento. "Rechazamos con respeto su invitación como espectadores, pero le pedimos amablemente que dispense a Yulia el trato justo que merece", señalaron en la carta enviada al director general del COI, Christophe de Keppe.
"Yulia dejó absolutamente claro que esto no tiene que ver con su deseo o no de competir bajo la bandera rusa, sino con el tratamiento hostil y las amenazas que recibió desde diciembre de 2014 hasta ayer", advirtió la pareja.
Stepanova, que aportó pruebas de dopaje en una serie de documentales de la cadena alemana ARD, huyó de Rusia y vive escondida en un lugar no revelado de Norteamérica por miedo a su seguridad.
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