A Woods también le tiran los casinos

Tiger Woods no para. No sólo acumula amantes como otros multas detráfico. No sólo su mujer le pide el divorcio o la industria del pornole le prepara una película basada en su vida. La prensa siguedestapando el lado oscuro del Tigre. El último, su pasión por el juego.

Según cuenta este lunes el diario británico The Times, Woods solía frecuentar una sala privada del famoso casino de Las Vegas MGM, donde se celebran las célebres veladas de boxeo. Ese casino cuenta con un salón reservado para millonarios y rostros célebres que no quieren ser molestados, y su reputación de discrección absoluta es famosa.

Sus visitas a los casinos de elite de Las Vegas le exponen a lo que uno de los psicólogos deportivos más conocidos denomina "cultura del adulterio", un estado de ánimo que lleva a los profesionales del deporte americanos a tener unos índices de divorcio que alcanzan nada menos, que el 80 por ciento.

La combinación de juegos de blackjack y la ruleta, unido a los continuos flirteos con las camareras de los casinos más lujosos fueron demasiado peligrosos para el mejor golfista de la historia.

Woods se convirtió en uno de los habituales de las slas privadas del MGM Grand casino, donde tenía una línea de crédito de un millón de dólares y jugaba al blackjack con manos de 25.000 dólares cada una. Una de sus supuestas amantes, Jamie Jungers, asegura que jugó cn él "durante horas toda una noche".

Woods solía jugar en estos casinos en compañía de Michael Jordan y de Charles Barkley,que son algunos de sus mejores amigos. Junger asegura que "se sentaban juntos, jugaban, bebían y fumaban puros. Estaban de fiesta".

La repitación de Woods como jugador se remonta a trece años antes, cuando a la edad de 20 se le cazó jugando al blackjack en un barco-casino en Iowa, donde se encontraba jugando un torneo. Eso sí, eran mesas de 100 dólares la mano, muy lejos de los 25.000 que se juega ahora en cada baza.

The Times asegura también que Tiger ha ganado más de una vez la cantidad de un millón de dólares, aunque también es cierto que ha tenido fuertes pérdidad, aunque nunca tan importantes como su colega, el golfista John Daly, que admitió una ludopatía que le costó más de 60 millones de dólares en las mesas de los casinos.