Al Sadd, punta de lanza del pequeño emirato que se prepara para su Mundial

  • Catar acogerá en poco más de diez años el Mundial de selecciones, pero, hasta que llegue ese momento, cuenta con clubes como Al Sadd para defender el estandarte de un pequeño emirato que vuela alto en el mundo del fútbol, ayudado por los petrodólares.

El Cairo, 7 dic.- Catar acogerá en poco más de diez años el Mundial de selecciones, pero, hasta que llegue ese momento, cuenta con clubes como Al Sadd para defender el estandarte de un pequeño emirato que vuela alto en el mundo del fútbol, ayudado por los petrodólares.

Para Al Sadd, su sola presencia en el Mundial de Clubes de Japón es ya un premio a la temporada, pues no olvidan que, pese a ser uno de los grandes de Asia, en su camino se cruzaría el Barcelona, si consiguen superar al Espérance tunecino en cuartos.

Pero los cataríes no son unos recién llegados al Olimpo futbolístico.

En 1989, Al Sadd se convirtió en el primer equipo árabe en adjudicarse la Liga de Campeones de Asia, al derrotar a Al Rashid iraquí.

Sin embargo, pasaron otros 22 años hasta que Al Sadd volvió a alzar esa copa, y por tanto su pasaporte para el Mundialito, que llegó acompañado por una fuerte polémica y críticas a los cataríes, que pasaron a ser los "Bad Boys" del continente.

En el partido de ida de las semifinales contra el Suwon Samsung Bluewings surcoreano, el delantero senegalés Mamadou Niang (ex del Olympique de Marsella, entre otros) anotó el segundo gol de su equipo al aprovechar un saque de banda después de que sus rivales hubiesen enviado fuera el balón por la lesión de un jugador.

Ni la monumental tangana posterior ni la invasión de campo por un aficionado coreano irritado alteraron el marcador o el signo de la eliminatoria.

En la final de la competición, hace un mes, Al Sadd se impuso en la tanda de penaltis al también coreano Jeonbuk Hyundai Motors.

El corazón del equipo catarí es, sin duda, el entrenador uruguayo Jorge Fossati, un clásico de los banquillos que ha ocupado también la dirección de la selección uruguaya, de 2004 a 2006, o del brasileño Internacional de Porto Alegre, en 2010.

En una entrevista con la página web de la FIFA, Fossati reconoció que en el propio club estaban "sorprendidos" por haber llegado tan lejos.

"Ya había tenido una experiencia con Al Sadd en 2007, y entonces ganamos todas las competiciones nacionales, pero esta vez hemos superado las expectativas al coronarnos como campeones de Asia", dijo Fossati.

Por todo ello, el gran sueño de los cataríes es poder disputar las semifinales contra el Barça, un equipo idolatrado en esta parte del mundo, pese a ser conscientes de que hay muchas posibilidades de que ese sea su último partido en el Mundialito.

Al Sadd tiene muy claras sus armas para avanzar lo más lejos posible en la competición: mucho orden, once gladiadores sobre el terreno, firmeza defensiva y confianza en su veloz delantera africana.

La pareja de centrales formada por Abdullah Koni y el surcoreano Lee Jung Soo, que juega prácticamente todos los partidos importantes, garantiza la estabilidad defensiva.

Mientras, tres "flechas" africanas se encargan del contragolpe de los cataríes: el mencionado Niang, el marfileño Kader Keita (ex del Lyon y del Galatasaray) y el argelino Belhadj (que jugó antes en el Portsmouth o el Lens).

La mano uruguaya de Fossati es fácilmente apreciable en el espíritu guerrero del equipo y su disciplina táctica, que le llevó a superar a los habituales reyes del continente asiático, los equipos surcoreanos.

Con esos ingredientes, Al Sadd sueña con verse cara a cara con los Messi, Xavi, Iniesta y compañía, y demostrar que, en esto del fútbol, Catar tiene algo más que petrodólares.

Once ideal: Mohammed Saqr; Ibrahim Majid, Abdullah Koni, Lee Jung Soo, Nadir Belhadj; Mohammed Kasola, Talal Al Boloushi, Wesam Rizik; Jalfan Ibrahim, Mamadou Niang, y Kader Keita.

Mostrar comentarios