Betis 0-5 Real Madrid: Ancelotti, el gran triunfador de la goleada blanca

Ancelotti es el gran triunfador de la goleada contra el Betis. Su equipo golea, iguala los 50 puntos de Barcelona y Atleti, sigue sin recibir un tanto en 2014, sus estrellas marcan, le sale bien el lavado de imagen de Di María y recupera parte de la autoestima de Morata. El 'milagro Ancelotti', en el que también hay que incluir que se habla menos o ya nada del anterior entrenador, está siendo posible por la comunión que tiene con los jugadores. Ancelotti es más un jugador y un compañero que un entrenador. Este Real Madrid es más compacto y solidario dentro y fuera del terreno de juego.

El partido contra el Betis duró diez minutos, hasta que marcó Cristiano Ronaldo un golazo 'made in Balón de Oro'. Si el de Osasuna en Copa fue un 'churro', ahora el conseguido en el Benito Villamarín honra al mejor jugador del mundo. El equipo verdiblanco ingresó en la UVI muy pronto. Lo que sucedió después fue lo más parecido a un encuentro de pretemporada en el que la superioridad de los madridistas fue absoluta y, de no bajar el pie del acelerador, podía haber sido escandalosa. Fue el mejor partido de pretemporada que podía tener Bale. Marcó un gol y completó los 90 minutos. Coger minutos es justo lo que necesita y el Betis le sirvió de sparring. Pero sigue sin ser el futbolista que deslumbró en el Tottenham. No está en su mejor momento físico y no entra en juego con regularidad. Aparece poco y desaparece mucho. La solución que ha encontrado el técnico, que no le quiere parar para que haga una pretemporada en condiciones, es darle rodaje. Goleadas como la del Betis sirven para disimular su floja forma física.

Había dejado de sonreír en los últimos encuentros y este tanto le devuelve parte de la confianza que estaba perdiendo. Lo marcó de falta en un buen detalle de Cristiano Ronaldo, que le permitió ejecutar el lanzamiento. Esto forma parte del cambio del portugués. Ya no es tan acaparador como en otras temporadas. Cede a los lanzamientos. Aunque en la segunda parte hubo otra falta, más propicia para el perfil del galés, y ya la lanzó el portugués.Ancelotti vivió su partido más plácido en el banquillo del Real Madrid y empezó a tomar decisiones paternales. A Di María había que aguantarlo en el campo todo el tiempo posible para que el chico sume puntos que le sirvan para ganarse el perdón del Bernabéu. El argentino, que se está reinventando como mediocentro defensivo, marcó el cuarto tanto de un lanzamiento lejano. En Pamplona, el pasado miércoles, hizo otro. Cuando Ancelotti le cambió se vio una de las imágenes más tiernas. El entrenador abrazó al argentino con ternura y risas de complicidad. Esta imagen no tiene nada que ver con su salida del campo de Xátiva y la del partido de ida de la Copa contra Osasuna cuando se tocó los genitales. Ancelotti está reconstruyendo la mala imagen que ha dejado Di María entre los seguidores en el último mes.

Lo mismo ha hecho con Morata, jugador que ha dado el visto bueno a sus representantes para que le busquen equipo porque quiere jugar más y tiene ofertas. Ancelotti le cierra las puertas y le sacó para que jugara los últimos quince minutos. En parte, se lo debía por la mala suerte que tuvo el canterano en Pamplona cuando se autolesionó con un golpe en el ojo. Esas lágrimas y su frustración llegaron al corazón de todo el madridismo. Morata jugó y marcó el quinto gol. Le vendrá bien para enfriar su salida. Pero el técnico cometió la injusticia de no sacar ni un sólo minuto a Jesé, el chico que ha revolucionado el equipo en los últimos partidos con buenas actuaciones y goles. Se ha ganado, incluso, estar en el once y ante el Betis no jugó nada. Una injusticia ante tantas justicias.