Brasil impulsa su rugby con la vista puesta en los Juegos Olímpicos

  • Brasil prepara su rugby con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de 2016 con dos consignas claras: ser competitivos y dejar el pabellón local alto, aunque sabe que es largo el camino hasta igualarse con países con más tradición.

Gonzalo Domínguez Loeda

Río de Janeiro, 15 dic.- Brasil prepara su rugby con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de 2016 con dos consignas claras: ser competitivos y dejar el pabellón local alto, aunque sabe que es largo el camino hasta igualarse con países con más tradición.

Así lo asegura a Efe el superintendente técnico de la Confederación Brasileña de Rugby (CBR), Joao Nogueira, responsable de la coordinación de las selecciones masculinas y femeninas y para quien la "única expectativa es hacer un buen trabajo" que permita a los equipos "participar con dignidad".

La meta puede ser modesta para países con alguna estructura para el rugby pero es ambiciosa para Brasil, el país del fútbol y en el que la pelota ovalada es prácticamente una desconocida.

Nogueira es especialmente optimista con las posibilidades del conjunto femenino, que, según asegura, podría "estar entre los cinco o seis mejores equipos del mundo" en 2016. "Si llegan a ese margen, estarán entre los candidatos a medalla", asegura.

Para llegar a ese objetivo en 2016, primera ocasión en la que el rugby en su modalidad de siete será parte del programa olímpico, la CBR seleccionó catorce jugadoras profesionalizadas que trabajan y se entrenan juntas en un centro de alto rendimiento en Sao Paulo.

De este modo, según Nogueira, "se crea un grupo más competitivo que puede ascender a un nivel mayor y situarse entre los cinco o seis mayores competidores de mundo".

Además, mantienen un segundo grupo de chicas más jóvenes "muy prometedoras" que tienen un "régimen de entrenamientos diferentes y que reciben una ayuda financiera".

La jugadora y capitana durante los últimos cuatro años del equipo femenino, Júlia Sardá, considera ese paso hacia una concentración permanente como algo "fundamental", ya que, según afirmó, por primera vez tuvieron la oportunidad de "trabajar con un trabajo bien hecho y aprender cómo es ser deportista en tiempo total".

"La mayor diferencia es que podemos identificarnos con el rugby, antes me levantaba a las cinco de la mañana para entrenar, luego me iba a trabajar y luego a entrenar, ahora el rugby ocupa mi vida", dijo Sardá a Efe.

La capitana también destacó el importante paso adelante dado por las jugadoras como conjunto gracias a la convivencia y el entrenamiento continuo, lo que les ha permitido jugar sin necesidad de hablar. "Solo con mirarnos ya sabemos lo que vamos a hacer".

El crecimiento del conjunto femenino de Brasil también se aprecia en los resultados internacionales, que no han dejado de mejorar en los últimos años y que el pasado mes de noviembre les llevaron a marcar un hito personal con su mejor registro en la primera cita de la temporada de las Women Seven World Series.

La posibilidad de enfrentarse a los mejores equipos del mundo en ese tipo torneos les permite "evolucionar y aprender mucho, igual que el hecho de trabajar con entrenadores extranjeros", añadió.

Un poco más lejos parece el equipo masculino que aún no ha obtenido un resultado importante en las competiciones internacionales y en el que algunos de los jugadores alternan la modalidad de siete con la más tradicional de XV.

Para mejorar el nivel la CBR reúne con frecuencia, especialmente antes de las competiciones, a veinte jugadores.

Para Fernando Portugal, uno de los jugadores más veteranos de la selección, la diferencia con el resto de equipos será importante, pero recordó que "el siete es diferente y una selección inferior técnicamente pero bien preparada físicamente puede ganar".

"Es un juego traicionero y si estamos equilibrados y armonizados podemos ganar a un grande", precisó Portugal, quien confía en que Brasil dará una sorpresa en los juegos.

Mostrar comentarios