Canseco volvió a tener razón y fue el único que siempre dijo la verdad

  • El último anuncio por parte del comisionado del béisbol profesional de las Grandes Ligas, Bud Selig, de la suspensión de 13 peloteros tras descubrirse que habían consumido sustancias prohibidas hizo que la figura del expelotero cubano José Canseco se agrandase al ser el primero que hace ocho años denunciase el "dopaje" generalizado.

Redacción Deportes (EEUU), 5 ago.- El último anuncio por parte del comisionado del béisbol profesional de las Grandes Ligas, Bud Selig, de la suspensión de 13 peloteros tras descubrirse que habían consumido sustancias prohibidas hizo que la figura del expelotero cubano José Canseco se agrandase al ser el primero que hace ocho años denunciase el "dopaje" generalizado.

Nada más denunciar con nombres propios, entre ellos el de Alex Rodríguez, como se dopaban sin ningún tipo de temor ante el conocimiento de dueños de equipos, autoridades de las Grandes Ligas y manejadores, Canseco fue acusado de "mentiroso", marginado del béisbol y considerado una persona sin ningún tipo de credibilidad.

El segundo libro de Canseco titulado: "Vindicated: Big Names, Big Liars & The Fight To Save Baseball", publicado en el 2008, el expelotero implicaba con hechos a jugadores, a la propia organización de las Grandes Ligas, dueños de equipos, periodistas y hasta aficionados.

Cinco años después, Canseco entra de lleno en la historia del béisbol como el primero que hizo una denuncia clara y transparente de lo que era realmente el dopaje dentro del "deporte pasatiempo nacional" en Estados Unidos, después que Rodríguez fue suspendido con 211 partidos por haber utilizado sustancias prohibidas.

Todo, absolutamente todo, lo que dijo Cansenco en los dos libros que escribió y las exclusivas que ofreció en varias cadenas de televisión, ha sido refrendado por los hechos y confirmado que era verdad, una verdad que ha tenido que reconocer hasta el propio comisionado Selig.

Canseco, que también ha escrito a través de su página de Twitter que se "arrepentía" de haber escrito los libros en los que dio a conocer el grave problema del dopaje en el béisbol profesional, fue el que realmente hizo posible que actualmente el deporte pasatiempo nacional tenga uno de los programas antidopaje más estrictos.

Pero lo más importante de la denuncia de Canseco, fue que hizo posible que los jugadores se diesen cuenta que sin su apoyo y colaboración, las Grandes Ligas nunca podrían haber superado el grave problema del dopaje.

Desde que el sindicato de jugadores colabora con las Grandes Ligas, Selig y su oficina han podido conseguir logros importantes en la lucha antidopaje, y el propio comisionado así lo reconoció hoy en el comunicado oficial que ofreció posterior al anuncio de la lista de los 13 peloteros que habían sido suspendidos.

El expelotero cubano fue el que también denunció de forma directa a Rodríguez en una exclusiva que ofreció a la cadena ABC y advirtió que "dejen pasar el tiempo y veremos a ver quien es el mentiroso y si Alex (Rodríguez) puede mantener lo que ahora niega".

Canseco, que ha podido tener todo tipo de problemas con la ley, acertó de lleno en el panorama que describió del dopaje "indiscriminado" que se daba dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas durante las décadas de los ochenta y los noventa.

Exfiguras como Barry Bonds, el dominicano Sammy Sosa, Roger Clemens y Mark McGwire, entre otros, han quedado al descubierto y sus grandes logros profesionales marcados para siempre y con la duda permanente que le impedirán entrar al Salón de la Fama.

Rodríguez, que se proyectaba como el pelotero más dominante y espectacular de todos los tiempos, al margen de lo que pueda suceder con la apelación que ha presentado, también quedará ya marcado para siempre con la duda de si realmente utilizó sustancias prohibidas y su entrada al Salón de la Fama estará más que cuestionada.

Mientras que Canseco, que antecedió a Rodriguez como el pelotero latinoamericano más dominante con el bate junto a Sosa, volver a sentir la gran satisfacción de la reivindicación que su denuncia del dopaje dentro del béisbol de las Grandes Ligas no sólo era verdad, sino que también una realidad y un negocio en el que estaban todos implicados.

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