Durante más de una hora, 4.979 alumnos, profesores, técnicos y bedeles de la Universidad de Alberta estuvieron arrojándose 1.250 pelotas rojas. No era una clase de Educación Física que se fue de las manos, sino el intento un intento de recuperar el récord Guiness del mayor partido de balón prisionero jamás jugado. Lo lograron.
Según cuentan en la web del centro, les han arrebatado el récord varias veces y ésta es la tercera vez que lo recuperan. Al final, el macropartido de balón prisionero se ha convertido en una institución anual.
En 2010 lograron reunir a 1.198 jugadores y sólo un año después a más de 2.000. El pasado 3 de febrero pusieron el listón muy alto al juntar a casi 5.000 personas intercambiando balonazos ante los ojos de los observadores del Guiness. La NBC recoge la magnitud del encuentro en una espectacular foto hecha desde el techo del pabellón.
El decano, Frank Robinson, explica que esta actividad hace que la universidad sea "más que un grupo de personas acudiendo a clases" y que hace que la gente se sienta más unida.
Lo confirma Dani Yu, un estudiante de intercambio de Hong Kong, que dice que gracias a esto hay un gran sentimiento de camaradería. "No es lo mismo que ir a clase, esto es divertido", dice Yu.
Carl Amrhein, vicepresidente de la universidad, ya tiene claro que el año que viene intentarán volver a superarlo.
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