Espacio libre por todos lados, no tenía más que elegir una dirección y avanzar por el césped del Bernabéu. Pero Khedira repentinamente se quedó sin ideas, caracoleó y soltó la pelota sin ton ni son, provocando el runrún del público, un rumor que actuó a modo de despertador para el alemán.
Aunque en el esquema inicial del Real Madrid Xabi Alonso siempre partía con el balón por delante en el doble pivote, Khedira cambió el chip y acompasó su posición en el campo al ritmo del asedio madridista sobre la portería de Chepchugov. Más pendiente de trabajar para el gol, pronto se entonó.
De un balón en la frontal, esta vez sin salida, Khedira encontró en su pierna izquierda el mejor recurso para trazar un puente aéreo con Kaká y luego encontrar a Higuaín en el primer palo. Uno a cero, el Real Madrid conseguía la primera ventaja en un partido muy deslucido del líder de la Liga.
La fatiga pasó factura a Kaká y Özil, activos y participativos en provecho de Ronaldo e Higuaín, y cuando los pases faltaban apareció el mediocentro defensivo, jugando en el balcón del área, aunque en fuera de juego con Ronaldo e Higuaín. Pero la suya es la mentalidad del Madrid: menos pases, mayor verticalidad e igual pegada.
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