Clamor en Portugal contra el presidente de la FIFA

  • Las polémicas declaraciones del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, sobre el futbolista luso Cristiano Ronaldo han colocado "en pie de guerra" a Portugal, que considera la actitud del dirigente suizo una afrenta nacional.

Óscar Tomasi

Lisboa, 30 oct.- Las polémicas declaraciones del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, sobre el futbolista luso Cristiano Ronaldo han colocado "en pie de guerra" a Portugal, que considera la actitud del dirigente suizo una afrenta nacional.

Desde entrenadores, representantes de jugadores, medios de comunicación o comentaristas deportivos, pasando incluso por miembros del Gobierno portugués y diferentes representantes institucionales, todos censuraron hoy duramente los comentarios de Blatter.

Especialmente activos se mostraron los aficionados lusos en las redes sociales, a través de las que lanzaron varias iniciativas para pedir la dimisión del máximo responsable de la FIFA.

El caso ha derivado en un clamor a favor de Ronaldo sin precedentes en Portugal, donde el capitán de la selección de las "quinas" ha recibido críticas en diferentes fases de su carrera y no suscitaba hasta ahora un apoyo popular tan unánime como el que sí disfrutan otras leyendas del fútbol luso, entre ellos Luis Figo, Rui Costa, Eusebio o incluso el técnico Jose Mourinho.

La controversia surgió a última hora del lunes, cuando fue divulgado un vídeo en el que Blatter manifiesta en un acto con universitarios su preferencia por el argentino Leo Messi frente a Cristiano Ronaldo, al que imita por sus formas de "comandante" en el terreno de juego y del que llega a decir que "gasta más dinero en peluquero" que el futbolista del Barcelona.

En "Facebook", hinchas portugueses lanzaron una página creada específicamente para pedir la renuncia inmediata del presidente de la FIFA, y en poco más de 32 horas ésta contaba ya con cerca de 70.000 apoyos.

Otro grupo de aficionados aprovechó una plataforma en Internet creada para lanzar peticiones públicas y colocó en su web una solicitud similar, ya firmada por más de 3.000 personas.

"Blatter ofendió a Cristiano Ronaldo, al fútbol portugués y a los portugueses en general (...) La actitud del presidente de la FIFA demuestra la corrupción existente en el fútbol mundial, en la atribución de dónde se organizan los grandes eventos y cómo se conceden los premios más relevantes", se puede leer en el texto que acompaña su petición.

También severas críticas dejó el ministro de Presidencia luso, Luís Marques Guedes, quien decidió pronunciarse sobre el caso en un comunicado enviado a medios oficiales portugueses.

"Todos podemos tener momentos desafortunados en que decimos algo que más tarde preferiríamos no haber dicho, pero la pantomima que el señor Blatter utilizó para referirse a Cristiano Ronaldo no fue nada de eso, fue una triste actuación", subrayó Marques Guedes.

Otro portavoz del Ejecutivo luso, el secretario de Estado de Deporte y Juventud, Emídio Guerreiro, calificó de "inadecuadas y fuera de lugar" las declaraciones del dirigente suizo pese a que se disculpase por ellas posteriormente.

También se pronunció sobre la polémica el entrenador del Benfica, Jorge Jesús, quien incidió en que Blatter "nunca debería haber dicho lo que dijo" de un jugador como Cristiano.

"Es un futbolista que demuestra a todo el mundo que es de otro planeta y el presidente de la FIFA tiene que entender que los protagonistas del fútbol son los jugadores y no él. Tendría que haberlo respetado y no lo respetó", subrayó.

En esta misma línea, el agente del extremo madridista, su compatriota Jorge Mendes, lamentó la "falta de respeto" mostrada por Blatter al "intentar humillar" al futbolista, un "triste episodio" que, en su opinión, es "indigno" del cargo que ostenta en la FIFA.

A este amplio y heterogéneo movimiento de "indignados" ya se había sumado ayer la Federación Portuguesa de Fútbol, que exigió -tal y como hizo el Real Madrid- una rectificación oficial por parte de Blatter.

Las disculpas del dirigente suizo no se hicieron esperar, pero ni aún así han logrado acallar a la multitud de voces que en Portugal exige su renuncia.

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