Redacción deportes, 2 oct.- La selección sub23 de Corea del Sur consiguió la medalla de oro de fútbol de los Juegos Asiáticos con una victoria agónica sobre Corea del Norte que pasará a la historia por el tanto de Lim Chang-Woo, héroe de un duelo que terminó en el minuto 121 de la prórroga con el tanto del futbolista del Daejeon Citizen.
La caída de Corea del Norte fue dramática tras un duelo mítico por la rivalidad entre otros países, enemigos íntimos desde el final de la guerra en 1953. Desde entonces, cualquier enfrentamiento entre ambas selecciones es llamativo. También lo fue en esta ocasión, que acabó mal para los norcoreanos cuando rozaban la lotería de los penaltis.
Cincuenta mil personas presenciaron en el estadio de Munhak de la localidad portuaria surcoreana la batalla entre ambos equipos, que en la final de los Juegos Asiáticos del año 1978 ya compartieron el oro tras completar los 120 minutos con empate a cero.
Al igual que entonces, los defensores brillaron sobre los delanteros y ambos equipos apenas pudieron contabilizar cinco tiros a puerta -uno Corea del Sur y cuatro Corea del Norte- en noventa minutos.
Pese a ser menos incisivo que su rival, el cuadro surcoreano llevó el peso del choque aunque no logró inquietar a Myongguk Ri. Tampoco Corea del Norte pudo exhibir la velocidad de sus puntas y Pak Kwang-ryong, ariete del Basilea suizo cedido al Vaduz de Lichtenstein, fue neutralizado por el muro defensivo surcoreano.
Hubo que esperar a la prórroga para dilucidar quien sería el campeón de los Juegos. Corea del Sur, más incisiva, tuvo un momento de iluminación, justo al final cuando los penaltis llamaban a la puerta. El gol de Lim Chang-Woo, que hundió a Corea del Norte, pasará a la historia del país asiático.
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