Cronología: ¿por qué se correrá MotoGP en Motegi tras negarse durante semanas los pilotos?

  • El 16 de julio, Jorge Lorenzo y Casey Stoner, los dos primeros del Mundial de MotoGP, dijeron públicamente que no querían correr el GP de Japón de este domingo. Dos meses y medio, un informe sobre radioactividad y muchas presiones después, (casi) todos los participantes en el campeonato han desembarcado en Motegi. No había otra opción.
Mapa de Japón con la distancia entre Motegi y Fukushima
Mapa de Japón con la distancia entre Motegi y Fukushima
lainformacion.com
Óscar Rodríguez

El pasado 11 de marzo, un tsunami se llevó por delante una buena parte de la central nuclear de Fukushima, provocando un escape radiactivo que ha conmocionado al mundo entero durante meses. Casi siete meses después, el Mundial de MotoGP aterriza en Motegi, un circuito situado a poco más de 120 kilómetros de la central, después de que los pilotos dijeran públicamente que no querían correr el Gran Premio de Japón. Al final, Dorna (organizadora del Mundial) ha conseguido que el espectáculo siga adelante, aunque ha costado. Y mucho.

El 16 de julio, aprovechando la disputa del Gran Premio de Alemania en Sachsenring, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa y Casey Stoner salieron públicamente a mostrar su oposición a correr en Japón por los riesgos que, a su juicio, correrían los pilotos por las fugas radioactivas. Las tres estrellas de MotoGP representaban al grueso de pilotos por lo que corredores de otras categorías como Marc Márquez en Moto2 o Maverick Viñales en 125 lo tuvieron claro: "Si MotoGP no va, nosotros tampoco".

La reacción de Dorna fue encargar un estudio a un organismo independiente para que valorara la peligrosidad de correr en Motegi el 2 de octubre. La respuesta llegó tres semanas después. El 2 de agosto, la empresa ARPA publicaba un informe en el que se podía leer que "...el riesgo de de radiación durante la carrera será insignificante". A los pilotos se les ponía la primera gran traba a su idea de no viajar a Japón. Pero no iba a ser la única.

Porque correr en Japón es mucho más importante que hacerlo en Malasia, en Qatar o en la República Checa. Las grandes marcas del motociclismo mundial son japonesas y el circuito de Motegi es propiedad de Honda. De esta marca, de Yamaha o de Suzuki han llegado las presiones más importantes para hacer cambiar de opinión a los pilotos. No es fácil que Lorenzo o Spies digan a Yamaha que no está dispuesto a correr en su país, lo mismo que le sucede a Stoner y Pedrosa con Honda. Al día siguiente de conocerse el informe, todos comunicaron que viajarían a Japón.

Del órdago de Rossi a las ausencias de última hora

Valentino Rossi, ahora en Ducati y separado por tanto de las obligaciones de Yamaha, tensó un poco más la cuerda cuando el 15 de agosto volvió a decir públicamente que "no era una buena idea hacer una carrera de motos a 70 km de una central que no está bajo control y con riesgos de terremoto", a la vez que dejó una puerta abierta a su ausencia de la cita nipona: "Yo tengo miedo y también los que tienen que venir conmigo".

Al final Valentino reculó y, al igual que el grueso del Mundial, ha llegado a Japón para participar en la 15ª prueba del campeonato. Pero habrá ausencias, tanto en carrera, como en el paddock y entre los periodistas que habitualmente siguen la actualidad. De momento, Loris Capirossi no se ha recuperado (o no ha querido recuperarse) de la caída que sufrió en Motorland Aragón. Alex de Angelis no podrá contar con sus nueve ingenieros, que se han quedado en Europa al igual que el dueño de la escudería GIR. Y los periodistas de Mediaset Italia retransmitirán la carrera desde los estudios tras negarse a viajar. Tres bajas significativas, una en cada zona del circuito: el asfalto, los boxes y las cabinas de prensa.

Ahora sólo falta esperar que el fin de semana se desarrolle sin mayores problemas. La buena noticia es que la IndyCar corrió en Motegi hace sólo 12 días y no pasó absolutamente nada. Los pilotos podrán homenajear al pueblo japonés con su presencia igual que hicieron tras el terremoto luciendo la bandera de Japón en sus monos y sus motos. El show debe continuar y la gasolina debe arrebatar el protagonismo a los bequerelios.

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