Cubano Correa quiere ganar Londres 2012 para no ser sólo el "hijo de papá"

  • El boxeador cubano Emilio Correa, que en Guadalajara ha ganado su segundo oro panamericano en la división de los 75 kilos, tras haberlo logrado también en los Juegos de Río de Janeiro 2007, quiere ahora ganar los Juegos Olímpicos de Londres 2012 para dejar de ser solamente "el hijo de papá".

Nelson Sandoval Díaz

Guadalajara (México), 29 oct.- El boxeador cubano Emilio Correa, que en Guadalajara ha ganado su segundo oro panamericano en la división de los 75 kilos, tras haberlo logrado también en los Juegos de Río de Janeiro 2007, quiere ahora ganar los Juegos Olímpicos de Londres 2012 para dejar de ser solamente "el hijo de papá".

Pese a lucir un notable palmarés personal, que incluye una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, un bronce en los mundiales de Mianyang 2005 y varios títulos nacionales en Cuba, entre otros, hasta sus admiradores han insistido siempre en compararle con su padre, del mismo nombre.

Emilio Correa padre, nacido en mayo de 1952 en Santiago de Cuba, ganó no sólo un oro panamericano en los Juegos de Cali 1971, sino que subió también a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de Munich 1972.

"Mi padre fue un grande en el cuadrilátero, que desde niño me inculcó los principios básicos del boxeo y me enseñó a no dejarme presionar por su trayectoria, sino que hiciera lo que yo pudiera", dijo Correa a Efe tras derrotar (18-6) al ecuatoriano Jaime Cortez para ganar el oro de los 75 kilos en los Juegos de Guadalajara.

"Pero él fue campeón panamericano y olímpico y emularlo es un reto que he decidido tomar", añadió Correa.

"Es un reto bastante grande, pero pensamos que vamos a lograrlo", subrayó el pugilista, que aún debe ganar la clasificación a Londres 2012, pues los Panamericanos no otorgan plazas en el boxeo.

Correa tuvo una oportunidad en los mundiales de Bakú (Azerbaiyan) el pasado septiembre pero falló, pues perdió en octavos de final ante el rumano Bogdan Juratoni.

Además de querer el oro olímpico para emular a su padre, Emilio Correa tiene otra poderosa razón: no haberlo logrado en Pekín 2008, donde perdió la final ante el británico James Digale, lo que se ha convertido para él en una espina que tiene clavada, según admitió.

A sus 26 años, cumplidos el pasado 12 de octubre, Emilio Correa es, por su experiencia, el "veterano" del equipo de nueve boxeadores que Cuba presentó en los Panamericanos de Guadalajara y, sin proponérselo, se ha convertido en un modelo para sus jóvenes compañeros.

"Los demás se fijan mucho en mí, en mi manera de entrenar y otros detalles, yo trato de apoyarlos, les doy consejos y me escuchan", señaló al respecto.

Tal vez, aunque no lo tiene previsto, siga también los pasos de su padre como formador de boxeadores.

Emilio Correa padre incluso llegó a dirigir el equipo de Bolivia en los Juegos Sudamericanos de 1994, celebrados en la ciudad venezolana de Valencia, donde el país andino ganó sus primeras medallas de boxeo en unos Juegos multidisciplinarios.

Por ahora, el hijo sólo piensa en Londres y descarta hacerse profesional, "a ningún precio", pues en el boxeo profesional "sólo importan el dinero y el poder".

El boxeo aficionado "es muy lindo, más verdadero si se siente en la sangre, verdaderamente me gusta", proclamó.

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