El Atlético ha cedido seis jugadores al Rayo desde enero de 2012

  • La buena sintonía institucional que mantienen las directivas de Atlético de Madrid y Rayo se refleja en el trasvase de jugadores que últimamente se ha producido del conjunto rojiblanco al franjirrojo, siendo el argentino Emiliano Insua el sexto en hacer ese recorrido desde enero de 2012.

Madrid, 1 sep.- La buena sintonía institucional que mantienen las directivas de Atlético de Madrid y Rayo se refleja en el trasvase de jugadores que últimamente se ha producido del conjunto rojiblanco al franjirrojo, siendo el argentino Emiliano Insua el sexto en hacer ese recorrido desde enero de 2012.

La llegada a la presidencia del Rayo de Raúl Martín Presa en mayo de 2011 reactivó la sintonía institucional que tradicionalmente había existido con el Atlético y que, debido a los ocho años que el club franjirrojo pasó entre Segunda y Segunda B, se había interrumpido en algunos momentos.

Uno de los factores que refleja ese buen clima entre ambos clubes son los acuerdos de cesión que han realizado ambas entidades en los últimos tres años y siempre en la misma dirección, del Manzanares a Vallecas.

En enero de 2012, en el mercado de invierno de fichajes, el Rayo incorporó a tres jugadores cedidos, Diego Costa, Jorge Pulido y Joel Robles, que fueron claves en la permanencia del equipo en Primera División.

Los tres futbolistas del Atlético estuvieron únicamente cinco meses en el Rayo, pero dejaron huella a nivel deportivo, sobre todo Diego Costa, que capitaneó el ataque rojiblanco y, en los 16 partidos que jugó, marcó 10 goles.

El central Jorge Pulido, sin apenas experiencia en Primera, se hizo desde su llegada con el puesto de titular y disputó 14 partidos de Liga a las órdenes del técnico José Ramón Sandoval.

En el caso de Joel Robles, su llegada al Rayo supuso un reto importante en su trayectoria profesional, puesto que pasó de ocupar un puesto en la grada del Vicente Calderón al no ir convocado a los partidos a ser titular durante 13 encuentros en Primera con el equipo franjirrojo.

La pasada temporada, el Rayo volvió a llamar a la puerta del Atlético para la cesión del centrocampista Saúl Ñiguez. El jugador rojiblanco, con apenas 18 años, aceptó el reto de competir en Primera con otro club y se hizo con la titularidad desde su llegada. Tan indispensable se hizo para el técnico Paco Jémez que, cuando hubo lesiones de centrales, retrasó su posición para jugar. En total, 34 partidos de Liga, todos como titular, y dos goles marcados.

Esta temporada, por tercera consecutiva, el Rayo se ha convertido en un refugio para dos jugadores del Atlético que necesitan minutos para sentirse importantes y buscan reivindicarse como futbolistas.

El primero es Leo Baptistao, un viejo conocido de la afición franjirroja. El brasileño se formó durante años en la cantera del Rayo y en la excelente temporada (2012/2013) de su debut en Primera, en la que marcó siete goles, se destapó además como un buen asistente. Esas cualidades le valieron para que el Atlético lo fichara por cinco temporadas el pasado verano. Un año después, su regreso a Vallecas como cedido es una de las bazas ofensivas de un rejuvenecido Rayo.

El segundo es el lateral izquierdo argentino Emiliano Insua, que, en temporada y media en el Atlético, siempre a la sombra del brasileño Filipe Luis, solo ha jugado 17 partidos oficiales. Esta campaña, las incorporaciones del brasileño Guilherme Siqueira y del argentino Cristian Ansaldi le han cerrado las puertas del equipo rojiblanco, por lo que su cesión al Rayo supone un reto para demostrar que puede triunfar en la Primera División española.

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