Barcelona, 28 dic.- El Barcelona afronta el choque de mañana contra el Real Madrid bastante animado (19:00 horas), después de entrar con buen pie en el partido contra los madridista al sumar con la victoria de anoche contra el Gran Canaria el cuarto triunfo seguido.
La trayectoria de los dos equipos tiene dos velocidades diferentes, y el Barça en estos momentos, que ha perdido tres partidos en la ACB y también conoce la derrota en la Euroliga, se agarra a las últimas sensaciones, más que a una larga trayectoria.
Así, de esta forma es cómo anoche su técnico, Xavi Pascual, animaba a los suyos, a darlo todo contra el Madrid después de que un partido tan exigente contra el sorprendente Gran Canaria -el choque del Palau era por la lucha por el tercer puesto- lo levantase el equipo catalán a base de una más que acertada defensa, y por haber encadenado cuatro victorias seguidas.
El Barça no vive el excelente momento de los de Pablo Laso, que anoche reventaron un nuevo récord de victorias consecutivas, y sobre todo porque el equipo de Pascual se ha visto privado del mejor momento de muchos de sus jugadores, tanto por motivos físicos como de conjunción.
Si hace dos jornadas Pullen despertó la admiración del barcelonismo con un partido casi perfecto contra el Fuenlabrada, anoche el estadounidense no tuvo casi minutos, y en su lugar los dos directores de orquesta azulgrana, Marcelinho Huertas y Víctor Sada, estuvieron en el tono discreto de sus compañeros.
Otros jugadores importantes, como Lampe, continúan lejos de las expectativas que se han depositado sobre ellos, algo que también afecta a Papanikolaou o Nachbar, quienes no acaban de cuajar un partido redondo, y cuya ausencia de puntos sigue siendo un lastre para su equipo.
En cambio, recuperados Oleson y Lorbek, el Barça ha ido tirando de los arreones de estos dos jugadores, determinantes en muchas fases de los partidos para desatascar el desacierto de su equipo, como pasó anoche en algunas fases.
El Barça ha ido mirando de reojo el progreso de su rival, y cómo cada día la distancia entre ambos equipos ha ido ampliándose. No obstante, el equipo catalán se aferra al orgullo y a la mínima trayectoria exitosa que ha trazado este mes para afrontar con garantías el partido.
En el único envite que ambos conjuntos se ha visto las caras esta temporada, el Barça perdió contra el Madrid la final de la Supercopa el pasado octubre (79-83).
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