El Barcelona hace los deberes ante el Málaga y obliga al Real Madrid a ganar

  • No fue fácil. Pellegrini y su Málaga no vinieron de vacaciones al Camp Nou. Pero se encontraron a Messi, en una versión poco conocida del argentino: la del futbolista serio que no celebra goles... hasta que los hace de tres en tres.

Óscar Rodríguez

El Málaga se jugaba la Champions... y el Barça sus escasas opciones de ganar la Liga. Por eso, el partido del Camp Nou era un auténtico partidazo. Y no defraudó. Dos equipos jugando de poder a poder y creando ocasiones de gol.

Duda avisó pegando con una falta en el poste, pero pegó primero el Barça, por medio del pundonor de Puyol (tercer gol en la Liga), pero el Málaga no dio un paso atrás y Rondón equilibró de nuevo la balanza antes de la media hora. Era lo justo, visto lo visto.

Hasta entonces, Messi sólo había aparecido esporádicamente y su aspecto era el de un futbolista cabreado con el mundo. Debe ser lo poco acostumbrado que está a perder títulos. Pero cuando apareció fue para decidir el partido.

Primero, al transformar un penalti cometido por Jesús Gámez sobre Iniesta (lo fue). Después, ejecutando una segunda pena máxima de Duda sobre él mismo (no lo fue). Y, finalmente, finiquitando una asistencia de Iniesta para plantarse cara a cara con Kameni, al que superó por encima para marcar a puerta vacía.

Entre tanto, lo había intentado Pellegrini dando entrada a dos hombres de ataque, Seba Fernández y Van Nistelrooy, en un arranque a la desesperada de recortar diferencias y sacar algo positivo del Camp Nou. Pero después de que el holandés estuviera a punto de mojar, Messi hacía el 4-1 (y otro hat-trick) y acababa con las esperanzas a la vez que se convertía en el máximo goleador de la historia en Europa.

Pellegrini reaccionó: retiró a su mejor jugador, Cazorla, y decidió centrar sus esfuerzos en el partido del próximo sábado en el Calderón ante el Atlético, donde se juega muchas de sus opciones de jugar la Champions League la próxima temporada.

El Barça, por su parte, cumplió el guión y obligó al Real Madrid a ganar en San Mamés. El resto no estaba en su mano.

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