El Bernabéu recupera la magia de las noches europeas

  • Madrid.- El estadio Santiago Bernabéu recuperó ante el Tottenham inglés, después de mucho tiempo sin mostrarse como una olla a presión, la magia de las noches europeas que en los años 80 atemorizaron a todos los rivales que jugaron en el estadio madridista.

El Bernabéu recupera la magia de las noches europeas
El Bernabéu recupera la magia de las noches europeas

Madrid.- El estadio Santiago Bernabéu recuperó ante el Tottenham inglés, después de mucho tiempo sin mostrarse como una olla a presión, la magia de las noches europeas que en los años 80 atemorizaron a todos los rivales que jugaron en el estadio madridista.

El público del club blanco se había acostumbrado a ser una hinchada semejante al público que asiste a un teatro, poco animado salvo en momentos concretos, cuando se puede aplaudir para romper el silencio y homenajear a unos actores.

Precisamente han sido esos actores, con el apoyo del club, los que se han encargado de alimentar un ambiente casi inédito desde hace mucho tiempo. Primero lo intentaron ante el Olympique de Lyon, con llamamientos ante la prensa de los protagonistas con más de un mensaje de José Mourinho. Lo lograron a medias. Para el Tottenham, prepararon mensajes más concretos desde los medios oficiales del Real Madrid. Pidieron apoyo. Y lo lograron.

Antes del inicio del choque, desde la megafonía del estadio Santiago Bernabéu pidieron a su público animar al Real Madrid. Entonces, los 22 jugadores saltaron al campo viendo una enorme pancarta que ocupaba casi uno de los laterales con el mensaje "Hasta el final, vamos Real".

Además, miles de banderas blancas con el escudo del Real Madrid eran agitadas para dar colorido al Santiago Bernabéu. Y pronto, esas banderas celebraron el primer tanto del partido, en el minuto cinco, del togolés Emmanuel Adebayor. En ese momento, los decibelios alcanzaron niveles muy altos mientras Cristiano Ronaldo espoleaba con sus brazos a todos los aficionados blancos presentes en el Bernabéu.

Después, tras el homenaje a Juan Gómez "Juanito" en el minuto siete del duelo, el nivel bajó en el quince y se recuperó poco después con la expulsión de Peter Crouch. Entonces, el Bernabéu nunca volvió a apagarse hasta el final del choque.

Ni siquiera en el descanso, cuando en el marcador apareció el resumen de la primera parte del Inter de Milán-Schalke 04. Una aparición de Raúl González en la pantalla desató la locura una vez más en el feudo blanco.

Cuando el mítico siete del Real Madrid marcó su gol en San Siro, volvió a escucharse el nombre de Raúl en el estadio Santiago Bernabéu. Lo mismo pasó con Adebayor cuando hizo su segundo tanto. "Manolito Oe" fue el cántico escogido por los 79.500 espectadores que llenaron el estadio del Real Madrid. Sóló permanecieron callados los 2.000 hinchas ingleses, muy animados al principio pero apagados al final.

El tercero de Ángel Di Maria y el cuarto de Cristiano Ronaldo desató la locura final y salió a la luz el nombre de José Mourinho, aclamado un día más. Nunca se había escuchado en el Bernabéu el nombre de un entrenador como si fuera el de un futbolista. Y menos, con tanta asiduidad. No en vano, él ha sido uno de los principales artífices de crear un ambiente casi olvidado en el estadio Santiago Bernabéu, que vuelve a soñar con hacer historia en Europa.

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