Si bien la cláusula de rescisión que, se estima, incluye el contrato de Fernando Torres es de 50 millones de libras (58 millones de euros), el tendría que asumir además de esa cantidad otros 45 millones de libras (52 millones de euros) correspondientes a la oferta hecha por el club de Londres al futbolista.
Tras el rechazo del Liverpool a la primera propuesta del Chelsea, que se situó entre los 35 y los 40 millones de libras, salió a la luz la petición de traspaso presentada por el delantero de la selección española, lo que supuso una motivación para que la entidad de Stamford Bridge aumentara su oferta.
Aunque ninguno de los clubes ha confirmado las cifras barajadas para el traspaso, la hipótesis sobre el inminente anuncio de la operación tras un nuevo intento del Chelsea por presionar con cantidades cercanas a los 50 millones de libras es compartida en la mayoría de debates deportivos del Reino Unido.
De hecho, existe una última razón por la que pensar que Torres terminará la temporada en Stanford Bridge. Y es que uno de los propietarios del Liverpool, John W. Henry, ha mantenido ya contacto con el dueño del Aston Villa, Randy Lerner, para tantear la posibilidad de fichar al centrocampista ofensivo de ese equipo Ashley Young.
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