Michael Phelps sigue demostrándose así mismo que puede volver a reinar en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro donde intentará agrandar su leyenda. El deportista olímpico con más medallas de la historia ha dado un demoledor testimonio sobre los días postetiores a su detención por exceso de velocidad y por conducir ebrio en septiembre de 2014.
"Realmente estaba en un lugar oscuro, no quería vivir más", dijo en un perfil que publicó este martes la revista "Sports Illustrated". Porque despuésde conseguir un hito histórico tras conseguir su medalla número 22 (18 de ellas son de oro) en Londres, el americano decidió retirarse pero, después de dos años fuera de la competición, decidió regresar en 2014 con el objetivo de participar en los Mundiales de Kazan de 2015.
Pero todo se torció para él meses antes de la cita mundialista cuando fue arrestado por conducir bajo a 135 km/h bajo los efectos del alcohol y de cruzar una doble línea continua en el túnel Fort McHenry de Baltimore (Maryland).Este hecho que le costó una sanción de seis meses sin competir. Uno de los mejores deportistas no estaría en el Mundial.
Tras la detención, entró en un centro de rehabilitación para posteriormente volver a los entrenamientos y a la competición (participó en abril Arena Grand Prix de Mesam, Arizona)con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como objetivo. El americano tiene que volver a demostrar todo ese carisma que ha perdido por una noche de excesos con la bebida.
"Mi grasa corporal se ha rebajado significativamente. Estoy más delgado que nunca. Los resultados están ahí porque he trabajado, me he recuperado, he dormido y me he cuidado más que nunca", afirmó el nadador que dejó una sentencia clara y contundente."No he tomado ni un sorbo de alcohol ni lo haré", finalizó.
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