El deporte ecuestre avanza en China pese a las trabas sanitarias

  • La pasada semana se celebró con gran expectación, en las afueras de Pekín, uno de los primeros concursos internacionales de saltos hípicos que se celebran en China, una señal del avance en el gigante asiático de un deporte que la capital no pudo acoger en los Juegos de Pekín 2008 por razones sanitarias.

Antonio Broto

Pekín, 6 may.- La pasada semana se celebró con gran expectación, en las afueras de Pekín, uno de los primeros concursos internacionales de saltos hípicos que se celebran en China, una señal del avance en el gigante asiático de un deporte que la capital no pudo acoger en los Juegos de Pekín 2008 por razones sanitarias.

La segunda ronda de la liga china de saltos, prueba de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) valedera para la Copa del Mundo, finalizó el domingo con la victoria del alemán Franz Joseph Dahlmann, entrenador del equipo juvenil chino, a caballo de "Ziemar".

Dahlmann fue uno de los dos únicos que logró superar el recorrido sin errores (el otro fue el segundo clasificado, el italiano Matteo Giunti), en una final en la que también tuvo una buena actuación, pero insuficiente para hacer podio, la española Rosario Cabanas.

El evento tuvo mucho de fiesta social de la elite china, ya que el lugar de celebración, uno de los primeros clubes ecuestres del país -fundado apenas en 2008- es utilizado por muchos "nuevos ricos" para que sus hijos aprendan equitación.

En los primeros días, de competición a nivel juvenil, muchos de ellos asistieron al torneo, en exclusivas gradas VIP, y hasta pudo verse algún estrafalario sombrero que recordaba a las carreras inglesas de Ascot.

China acoge por tercer año pruebas hípicas internacionales, unos inicios que según los organizadores son muy prometedores, aunque el país, como toda Asia Oriental, aún no tiene un nivel comparable al de Europa o EEUU.

Ello se pudo advertir en la final, donde muchos caballos fueron descalificados al negarse a saltar, y hubo varias caídas aparatosas.

En todo caso, China fue durante siglos una nación de gran tradición equina, especialmente el norte, por la influencia mongol -muchos de los participantes en el torneo eran de esa etnia-, así que para los organizadores las pruebas son un buen comienzo de un deporte que quiere ser universal.

"Los caballos en China no son algo nuevo, pero el nivel de la hípica aún no es muy bueno", reconoció en entrevista a Efe uno de los miembros chinos de la organización, Cao Jing, de la empresa promotora China National Sports.

"Organizamos este torneo para que haya comunicación entre jinetes chinos y extranjeros, un intercambio de técnicas que pueda ser bueno para el desarrollo de la hípica", subrayó.

Los jinetes extranjeros pueden competir en las pruebas chinas, aunque sólo optan a los premios en metálico, y únicamente los participantes de China y federaciones cercanas pueden desde Pekín optar a clasificarse a la final de la Copa del Mundo, que será en Lyon (Francia) en 2014.

Aunque el torneo de la semana pasada se disputó en el Club Ecuestre Internacional de las afueras pequinesas, en otras ocasiones se han elegido hasta instalaciones de las Olimpiadas de 2008 para promover el deporte en el país.

El año pasado una de las pruebas se celebró en el Estadio Olímpico Indoor, sede de las finales de gimnasia y balonmano en 2008, mientras que a mediados de abril pasado hubo otro evento en el Estadio del Nido, conocido por acoger el atletismo de las penúltimas Olimpiadas.

Ello contrasta con los propios JJOO de hace un lustro, en los que la federación internacional optó por no celebrar la hípica en Pekín por las dudas sobre la seguridad sanitaria de los caballos.

En su lugar, llevó las pruebas al "exilio" de Hong Kong, excolonia británica con mayor tradición en el deporte equino, más tradición veterinaria y leyes de cuarentena más flexibles que las del resto del país.

En China las leyes nacionales permiten entrar caballos, pero no salir, y además los criadores de otros países temen que enfermedades equinas con insuficiente prevención se extiendan a sus monturas.

"A largo plazo las normas cambiarán y se levantarán las cuarentenas, pero es algo difícil", señaló a Efe Christoph Johanning-Möllerhaus, de la parte internacional de la organización.

El alemán explicó que muchos de los caballos que compiten en China son razas europeas, árabes o americanas. Llevados al país en años recientes, buenos para aumentar la afición al deporte en el país pero que, al no poder salir, todavía crean cierto cisma entre la hípica del país y la del exterior.

"El problema que había en 2008 continúa, Hong Kong es más flexible y los competidores después podían sacar de allí sus caballos de vuelta a casa", explicó, señalando que el proceso para resolver estas diferencias "es lento y se resolverá paso a paso".

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