El día que Maradona se convirtió en leyenda

  • Este miércoles, el mundo del fútbol recuerda el Argentina - Inglaterra del Mundial de México, que pasó a la historia por la magnífica actuación del "pelusa", líder de aquel equipo que conquistó el título.
Maradona ejecuta la "mano de Dios" ante Shilton
Maradona ejecuta la "mano de Dios" ante Shilton
lainformacion.com
José Martínez

Para Andrés Calamaro, hubo un antes y un después cuando era niño, cuando conoció el Estadio Azteca. Para Argentina y el resto del mundo, aquel 22 de junio de 1986 supuso la confirmación de un futbolista sideral, capaz de suspenderse en el aire para marcar un gol de pillo con la mano, pero también con una zurda de seda, el balón cosido a su bota desde campo propio, para anotar el tanto más recordado de la historia de los Mundiales. Se cumplen 25 años de la eclosión de Diego Armando Maradona.

Las calles céntricas de Buenos Aires siguen conservando las imitaciones de aquella camiseta albiceleste con el número 10. Aunque Argentina ese día lució su segunda equipación azul oscura, muchos turistas aprovechan el viaje para llevarse un pedazo de ese partido. Aunque falsas, esas camisas son el hilo conductor para volver a recordar la luz de Ciudad de México y aquella sombra con forma de sol gigante en medio de ese histórico césped.

Aquellos cuartos de final entre Argentina e Inglaterra llevaban implícita una enorme carga simbólica. La fugaz Guerra de las Malvinas, que había enfrentado a ambos países en 1982, trascendió al fútbol. Los argentinos veían la posibilidad de borrar de su imaginario la humillante derrota ante el poderío militar británico. La pelota decidiría.

Fue el partido del Mundial. Argentina ganó el título, pero el mundo se ha quedado con dos instantes de genialidad de Maradona, los dos en el segundo tiempo. El primero, la "mano de Dios", una picardía a la desesperada del entonces jugador del Nápoles, ante la salida de Peter Shilton. Diego Armando era el único que creyó en la legalidad del gol y, para dar una mayor credibilidad a su acción, corrió hacia la banda para celebrarlo. Sus compañeros, incrédulos ante lo que acababa de suceder, respondieron a los gritos del diez albiceleste y fueron a su encuentro. Era el minuto 51.

Cuatro minutos después, el mundo se sobrecogió por la más bella acción individual jamás vista. Desde su propio campo, Diego Armando Maradona arrancó con el balón Azteca pegado a su pie y aceleró hacia un nivel de fútbol  desconocido para el resto de los mortales. Diez segundos de carrera aderezados con los "ta-ta-ta" de Víctor Hugo Morales. Ningún jugador inglés pudo hacer frente a la fantasía del pequeño ídolo argentino. La superioridad del astro argentino sobre el resto era tal que Inglaterra, con un gran equipo –Shilton, Hoddle, "Bobby" Robson,  sólo pudo recortar distancias en el minuto 80 gracias a un gol de Gary Lineker.

25 años después, Steve Hodge, el hombre que despejó hacia Peter Shilton en el lance previo a la "mano de Dios", se pregunta en The Independent si Maradona aún conserva su camiseta. El defensa inglés guarda la prenda de Le Coq Sportif con el número 10 como la prueba de haber sido parte de uno de los partidos más recordados de la historia del fútbol mundial. Pocos recuerdan los goles de Brown, Valdano y Burruchaga en la final ante la RDA, ni el doblete del "pelusa" frente a Bélgica en semifinales. Por encima de todos ellos prevalece una imagen: Maradona a solas con el balón en el Estadio Azteca.

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