Roma, 22 abr.- El árbitro Paolo Tagliavento tuvo que suspender durante unos 40 minutos el encuentro entre el Génova y el Siena cuando se llevaban jugados ocho minutos del segundo tiempo, después de que los hinchas locales invadiesen la tribuna que se halla sobre los vestuarios y lanzasen varias bengalas al terreno de juego.
En el minuto 8, el técnico del Génova decidió que entrase un defensor, Kaladze, por un delantero, Sculli, a pesar de que los locales perdían (0-4) y esto hizo estallar la rabia de los ultras locales.
Un grupo de hinchas del Génova pasó de uno de los fondos a la tribuna central bajo la que se encuentra la entrada a los vestuarios y se encaramó a las vallas de contención para desde allí comenzar a lanzar bengalas y amenazar a los jugadores de su equipo.
Después de algunos minutos y como la situación no se calmaba, el árbitro y los jugadores del Siena abandonaron el terreno de juego sin problemas, mientras que los del Génova permanecieron en el centro del campo.
El capitán local, Marco Rossi, y Giuseppe Sculli intentaron calmar al grupo de aficionados, que en un primer momento pidieron a los jugadores de su equipo que se quitaran las camisetas y las dieran a la afición.
Los jugadores del Génova llegaron incluso a quitarse las camisetas, aunque luego se las volvieron a poner y se vivieron momentos de angustia y tensión e, incluso, se pudo ver llorar a Sculli y a Giandomenico Mesto ante la situación que se estaba produciendo.
Los jugadores del Génova lograron calmar los ánimos de los hinchas y el Siena y el árbitro volvieron a entrar en el campo, por lo que el encuentro se reanudó.
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