El equipo dirigido por Diego Armando Maradona disputó el encuentro ante Perú como si de una final se tratase. No le quedaba más remedio, ya que las pocas opciones que tenían para lograr una plaza directa para el Mundial de Sudáfrica dependían de ganar y esperar resultados favorables en otros partidos. La afición no disfrutó de un buen duelo, y el tremendo aguacero que descargó sobre Buenos Aires hacía más insufrible aún el presenciar el partido, pero seguro que se fueron contentos tras el vibrante final de partido.
"Locura monumental"
Palermo desató la alegría en toda Argentina. Su gol en el descuento, tres minutos después de que Perú hubiera logrado el empate en un partido que la albiceleste tenía controlado, hizo que jugadores y técnicos estallaran y dieran rienda suelta a todas las emociones que albergaban. Y Maradona no fue menos.
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