El pelotón ciclista visita la capilla más famosa de Bélgica

El Tour de Flandes queda huérfano de su subida fetiche esta temporada. En el trazado empleado los últimos años, el durísimo Koppenberg rompía el pelotón a 60 kilómetros de meta y en el Kapelmuur las fuerzas de cada corredor dictaban sus opciones reales a convertirse en el ‘león’ flamenco. Pero la organización ha optado por renovarse y cambiar el recorrido, dejando fuera a la capilla situada en Geraardsbergen.

La única vez que el pelotón profesional se enfrentará al examen del muro de Grammont este año no caerá en domingo ni tendrá la misma trascendencia. La E3 Prijs, una carrera que en 2012 ha alcanzado el estatus de carrera World Tour –máxima categoría en el ciclismo-, ha dado cobijo a la iglesia más famosa del ciclismo belga, la otra referencia santa para los amantes de este deporte junto con la Madonna del Ghisallo italiana, patrona universal de los ciclistas.

Si en el tradicional recorrido del Tour de Flandes el Kapelmuur era la penúltima ascensión de la carrera, la E3 Prijs ha situado la subida adoquinada de un kilómetro a casi el 10 por ciento de desnivel como la primera dificultad de un total de 13 para 203 kilómetros de recorrido. Su rampa máxima del 19 por ciento hará retorcerse por completo al pelotón, que estará arropado a un lado del empedrado por la fiel afición belga.

Sin Juan Antonio Flecha, que sigue la recuperación exprés de su mano tras pasar por el quirófano, Óscar Freire es el corredor español con más opciones de entrometerse en el previsible duelo entre el suizo Fabian Cancellara y el local Tom Boonen. Las dos principales referencias en las clásicas de pavés llegan en un estado de forma espléndido y buscan coronarse antes de los dos ‘monumentos’ de principios de abril: el Tour de Flandes y la París-Roubaix.