El Rayo no encuentra premio a su valentía y vuelve a ser colista

  • El Rayo Vallecano, que ayer cayó derrotado frente al Real Madrid (2-3) y se sitúa de nuevo como colista, se marchó del partido con la sensación de haber podido conseguir algo más tras dominar la posesión y gozar de numerosas ocasiones de gol en la segunda mitad que terminaron desquiciando a su rival.

David Ramiro

Madrid, 3 nov.- El Rayo Vallecano, que ayer cayó derrotado frente al Real Madrid (2-3) y se sitúa de nuevo como colista, se marchó del partido con la sensación de haber podido conseguir algo más tras dominar la posesión y gozar de numerosas ocasiones de gol en la segunda mitad que terminaron desquiciando a su rival.

Después de ver como fue la primera parte, en la que el Real Madrid marcó dos goles sin apenas pasar apuros, y el inicio de la segunda mitad, con el tercer gol de los blancos a los tres minutos de la reanudación, nada podía hacer prever el vuelco que iba a dar el partido desde ese instante hasta el pitido final.

Dos penaltis claros a favor del Rayo en apenas dos minutos, el 52 y el 54, ambos transformados por el canario Jonathan Viera, sirvieron para que el conjunto franjirrojo fuera decidido a por la remontada y metiera el miedo en el cuerpo al Real Madrid.

La explicación a esos dos goles encajados la achacaron el portugués Pepe y el portero Diego López, a su paso por la zona mixta del estadio, a "la falta de intensidad" del equipo, aspecto que les pudo costar caro, puesto que el Rayo asedió durante los últimos treinta minutos al Real Madrid y gozó de oportunidades muy claras como un disparo de Alberto Bueno que se estrelló en un poste.

Un detalle que mostró el respeto del Real Madrid por el juego a balón parado del Rayo fue cuando en varios de los doce saques de esquina que sufrió en contra defendió con todos sus hombres metidos en el área.

La imagen del técnico italiano Carlo Ancelotti aplaudiendo al término del choque a su homólogo del Rayo, Paco Jémez, lo dice todo. "Me ha dado la enhorabuena y palabras de ánimo y aliento que agradezco", dijo el entrenador del Rayo en rueda de prensa sobre el italiano.

El Rayo, que realizó un encuentro muy digno y consiguió que el Real Madrid terminase pidiendo la hora, fue fiel a su estilo de juego y siempre buscó salir con el balón jugado, tenerlo en posesión y realizar un fútbol valiente y atrevido.

Ese aspecto contrastó con la falta de intensidad en algunas jugadas defensivas que volvieron a costarle caro ante hombres como Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, que en los últimos metros no suelen perdonar.

El encuentro también sirvió para comprobar la irrupción de un canterano que viene contando habitualmente esta temporada para Jémez y que ayer, durante los veinticinco minutos que tuvo, no se arrugó. Se trata de Adrián Embarba, futbolista de 21 años, que anoche destacó por su descaro, su atrevimiento a la hora de encarar por su banda izquierda a los jugadores madridistas y por su confianza a la hora de rematar tanto desde dentro como fuera del área.

La mala noticia, al margen de la derrota, fue la lesión de Adrián González, que tuvo que ser sustituido a los cuarenta y un minutos de partido aquejado de una dolencia en su tobillo derecho.

La otra cara del partido la protagonizó el central catalán Rodri, que se lesionó de gravedad el pasado 24 de noviembre de 2012 al sufrir una rotura en el tendón de Aquiles y, tras sufrir una recaída en su larga recuperación, ayer regresó a una convocatoria y ocupó plaza en el banquillo.

Esta derrota en el derbi, unida a las sufridas ante Valladolid (0-3) y Osasuna (3-1) en las dos jornadas anteriores, han vuelto a situar al Rayo en la posición de colista. El próximo sábado, frente al Celta de Vigo en Balaídos, llega la siguiente oportunidad para salir de esos puestos.

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