El Valladolid baja después de tres temporadas "en el alambre"

  • Valladolid.- El Real Valladolid, después de tres años al borde del precipicio, vuelve a Segunda División tras una temporada en la que ha pagado "el peaje" por sus errores a pesar de las muchas oportunidades que ha tenido de salvarse en una Liga que ha precisado pocos puntos (37) para seguir acogiendo a los modestos.

El Barcelona campeón de la liga española 2009-10
El Barcelona campeón de la liga española 2009-10

Valladolid.- El Real Valladolid, después de tres años al borde del precipicio, vuelve a Segunda División tras una temporada en la que ha pagado "el peaje" por sus errores a pesar de las muchas oportunidades que ha tenido de salvarse en una Liga que ha precisado pocos puntos (37) para seguir acogiendo a los modestos.

Con Javier Clemente al mando de las operaciones el equipo reaccionó y sumó doce puntos de veinticuatro posibles, pero el partido que perdió hace dos jornadas ante un Atlético de Madrid que ya no se jugaba nada ha resultado, a la postre, decisivo.

El equipo vallisoletano ya venía opositando al descenso las dos últimas temporadas, pero siempre supo rentabilizar sus puntos para acabar salvándose en la última jornada, lo que convirtió al club en un especialista en vivir situaciones críticas. Esta vez el oponente era el FC Barcelona y jugándose el título de Liga, probablemente el peor rival posible.

El Real Valladolid ha vivido un año marcado por su falta de consistencia, de equilibrio y por los diferentes estilos de juego como consecuencia de los tres entrenadores que ha tenido a lo largo de la temporada. Demasiados "bandazos" para no acabar zozobrando.

Con José Luis Mendilibar el equipo presionaba muy arriba y recibía goles con mucha facilidad. Un estilo que había sido "productivo" en Segunda División no funcionó tan bien en la máxima categoría por la superior calidad de los defensas rivales.

Con Onésimo Sánchez, que llegó en febrero, el equipo trataba de jugar al toque, algo para lo que tampoco estaba especialmente dotado un equipo con pocos jugadores creativos. Tampoco cuajó este fútbol.

Por último, Javier Clemente decidió "poblar" la línea defensiva y aprovechar la envergadura del delantero angoleño Manucho para practicar un juego directo que dio buen resultado en el aspecto defensivo.

Sin embargo, algunos arbitrajes, la fragilidad defensiva en la primera vuelta, la falta de gol en la segunda y varias lesiones de larga duración, como las de Álvaro Rubio y Sisi, fueron algunas de las circunstancias que dejaron al Real Valladolid a merced del destino en este última jornada y en el peor escenario posible.

Ahora es tiempo de analizar los fallos de planificación en verano, cuando varios jugadores veteranos abandonaron la plantilla al termino de la pasada temporada dejándola desprovista de referencias y de carácter en el vestuario.

Llegaron futbolistas que venían de no jugar mucho en sus equipos, como Héctor Font, Marquitos, Barragán o César Arzo, quien acumula su tercer descenso consecutivo tras bajar también con el Real Murcia y el Recreativo de Huelva.

No obstante, la situación hubiera podido salvarse en las últimas jornadas si la plantilla no hubiera estado sumida en un estado de ansiedad como consecuencia de los malos resultados durante una primera vuelta nefasta, en la que "recolectó" muy poco puntos y no fue capaz de ganar en Zorrilla a ninguno de sus rivales directos por el descenso (Xerez, Málaga y Tenerife).

Al final, tenía la obligación de ganar hoy al FC Barcelona en la última jornada y no pudo protagonizar un "Maracanazo" en el Camp. Ni siquiera estuvo cerca (4-0).

Jugadores como Borja Fernández, Jonathan Sesma, Luis Prieto, Pelé, Diego Costa o Sereno, entre otros, no van a continuar en la plantilla. A partir de ahora, se abre una nueva etapa marcada también por la merma del presupuesto ya que en Segunda los ingresos se reducen a una tercera parte.

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