El Wigan de Roberto Martínez, del cielo al infierno en tres días

  • En apenas tres días, el Wiggan Athletic que dirige el español Roberto Martínez ha pasado de tocar el cielo levantando la Copa de Inglaterra por primera vez en su historia a bajar a los infiernos con su adiós a la Premier.

Londres, 15 may.- En apenas tres días, el Wiggan Athletic que dirige el español Roberto Martínez ha pasado de tocar el cielo levantando la Copa de Inglaterra por primera vez en su historia a bajar a los infiernos con su adiós a la Premier.

Han sido 72 horas de emociones extremas para el modesto equipo de las afueras de Manchester, al que se le acabó la gasolina justo cuando necesitaba un último esfuerzo para permanecer en la máxima categoría del fútbol inglés, a la que llegó como un completo novato hace ocho temporadas.

Lo dio todo el pasado sábado y se vació en la agotadora final de la FA Cup, el trofeo más antiguo del balompié en este país frente al multimillonario Manchester City (0-1).

Los "latics" derrotaron en Wembley a la lógica y la estadística, la misma que decía que el combinado de "Bob" Martínez no salía de los cuatro últimos puestos de la clasificación liguera desde el pasado 1 de enero.

Y con esos números demoledores se presentó ayer el Wigan en el Emirates Stadium de Londres ante el Arsenal, eufórico aún por su hazaña y dispuesto a obrar de nuevo el milagro frente a unos "gunners" necesitados de puntos para entrar en la Liga de Campeones.

A pesar de la contundencia del marcador final (4-1), los "latics" no estuvieron tan lejos de la victoria como parece, al menos hasta el minuto 18 de la segunda parte, al que llegaron igualados y dispuestos a meterle el miedo en el cuerpo al grupo del francés Arsene Wenger.

Un tanto en el 63 del internacional inglés Theo Walcott deshizo el empate y a los "latics" se les acabó la energía, la imaginación, las ganas y, sobre todo, esa poca de buena suerte de la que disfrutaron ante los "citizens" tres días antes.

"Bajo mínimos", fueron las palabras que Martínez utilizó para describir su estado de ánimo tras confirmarse el descenso de un equipo cuya afición lo considera un héroe y a la que le gustaría que se quedara para afrontar la travesía del desierto en Segunda.

Al técnico catalán, de 39 años, le une, además, una relación especial con el Wigan, el club en el que inició su carrera en el fútbol británico como centrocampista hace casi dos décadas.

Su presidente, Dave Whelan, todavía cree que puede convencerle para quedarse para afrontar la próxima temporada la Liga Europa, que jugará por ser campeón de la FA Cup, y el reto del ascenso, si bien reconoce que su "caché" está en alza.

"Toda la ciudad quiere que Roberto se quede. Ha sido un entrenador brillante para nosotros. Es perseguido siempre por algunos de los clubes más grandes y ricos de Inglaterra. Nos encantaría que se quedara, vamos a conversar y vamos a convencerle", declaró hoy Whelan.

Entre esos grandes y ricos figura el Everton de Liverpool, que también disputará el próximo curso la segunda competición europea y cuyo entrenador, David Moyes, dirigirá entonces al Manchester United.

Martínez suena en Inglaterra como nuevo entrenador del Everton, que le ofrecería una oportunidad para seguir formándose como técnico.

Sea cual sea su decisión, el DW Stadium de Wigan vivirá el próximo domingo una fiesta y una despedida en la última jornada de la liga inglesa.

Ante el Aston Villa, la afición "latic" llenará a buen seguro su campo para recibir a los campeones de la Copa de Inglaterra y, al mismo tiempo, decir adiós a la Premier y, quien sabe, si también a "Bob".

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