El Real Madrid jugó regular, se llevó los tres puntos y Cristiano Ronaldo marcó dos veces. Una receta peligrosa que se ha repetido en la historia reciente de los blancos demasiadas veces. En Elche les salió bien en gran parte gracias a la actuación de un desacertado Muñin Fernández. El trencilla no expulsó a Sergio Ramos a la media hora del partido y señaló un penalti a favor del Madrid en el último segundo.
Los capitalinos tienen jugadores que pueden cambiar la forma de jugar del equipo pero no lo parece. En Elche, Isco volvió a ser el único cerebro activo de un once acostumbrado a sorprender a la contra y a que el portero se luzca. Diego López estuvo acertado y salvó varios goles. Sergio Ramos fue el ejemplo de que este Madrid no acaba de arrancar: pudo ser expulsado a la media hora y se mostró bastante inseguro.
Los locales -como todos los rivales hasta ahora en la temporada- aprovecharon la empanada inicial del Madrid. Esta vez duró quince minutos y, por suerte para ellos, no hizo falta que les marcaran un gol para despertar. Lombán, de cabeza, y Gil, desde dentro del área, a punto estuvieron de batir a un Diego López espléndido.
De un momento a otro, el campo se inclinó hacia la portería del Elche. Modric e Isco empezaron a buscar el balón y a permitir que el Madrid empezara a vislumbrar la portería de Manu Herrera. No se puede decir que los ilicitanos estuvieran encerrados en su campo, pero sí que los blancos mostraron detallitos puntuales de la intención de jugar de Ancelotti.Muñiz y Cristiano rompen el partido
La ocasión más clara del primer tiempo la tuvo o, mejor dicho, a punto estuvo de tenerla, el Elche. Coro dribló a Ramos y se disponía a encarar a Diego López, pero el central le metió la cadera y le derribó. Pitó falta pero no le enseñó la segunda tarjeta. Era clara. El Martínez Valero protestó, pero la música de viento no ayudó a que el brazo del colegiado levantara la cartulina.
Tras el enfado, llegó la calma del descanso y, tras él, la decepción. Un error en la barrera -que se abrió cuando menos convenía- favoreció a un Cristiano Ronaldo que chutó mal pero que acabó celebrando el gol. Incluso Manu Herrera llegó a tocar la pelota, pero no a atajarla.
Con el paso del tiempo el Madrid temió que el Elche empatara y se olvidó de atacar. Los ilicitanos no es que dominaran, pero a base de corazón y de jugadas individuales eran capaces de finalizar las jugadas. Boakye empató tirando de épica, estirando el cuello para rematar un centro de Albácar. El Martínez Valero se caía de felicidad. Pero entonces apareció Muñiz, por segunda vez. Con el tiempo cumplido dejó que el Madrid sacara un córner en el que pitó un dudoso penalti sobre Pepe. Cristiano lo transformó y encendió la ira de los locales.
El Madrid, al ralentí, con fundamentos del pasado y ayuda ajena se llevó los tres puntos pero volvió a quedarse con la sensación de que necesitará algo más cuando lleguen los momentos importantes. El sábado llegará el primero de esos momentos cuando el Atlético pise el Bernabéu. Veamos qué sucede entonces.
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