"En un grupo ultra tienes que tener cincuenta personas dispuestas a matarse"

Los tatuajes decoran su cuerpo esculpido en el gimnasio. Tiene una mirada gélida, voz ronca y es el caudillo de uno de los grupos ultras más activos del fútbol español. "Tienes que tener un ejército de cuarenta o cincuenta personas dispuestas a partirse la cara, dispuesta a matar", dice de manera directa, recordando con una amenaza notoria que su anonimato debe ser preservado. Tiene antecedentes policiales y durante un tiempo tuvo prohibida la entrada en los estadios por un incidente ocurrido en Valladolid. Ni el auto judicial impidió que siguiera campando a sus anchas por el campo. Ha participado en varias quedadas como la que el domingo por la mañana costó la vida a Jimmy y está interrelacionado con otros capos de peñas afines.

Las quedadas entre grupos de diferente ideología para pelearse, por mucha notoriedad que alcanzara después de lo ocurrido en Madrid Río, es una tónica habitual casi cada fin de semana en la geografía española, como alertan desde los cuerpos de seguridad del estado. "Los jefes se conocen entre ellos y se mandan mensajes para determinar el lugar de la pelea y dónde se va a producir", explica otro hincha radical, que también ha participado en batallas campales similares.

El Frente Atlético tiene unos 4.000 miembros. De ellos, apenas un par de centenares participaron en la pelea. Dentro de cada grupo radical, sea de la ideología que sea, existen unidades de asalto o secciones. Una de ella es la encargada de marcar el territorio. Son 'los cuarenta o cincuenta dispuestos a matar'. "Les da igual el fútbol. Se meten ahí para ir a peleas. Es lo que les gusta". Entre los bestias y los componentes del grupo que no se dedican a la sangre, la convivencia es sencilla. A nadie que no pertenece a la sección dura se va a recriminar no participar en guerras. En los autobuses que salieron de Coruña rumbo a Madrid viajaba un ejército, una caravana de la muerte que fue reclutando adeptos. Según informó El Mundo, los Riazor Blues alquilaron los autobuses en Lugo para no alertar a la seguridad de su plan de viaje. Desde los túneles de Guadarrama, utilizaron coches como lanzaderas para alertar de la posible presencia de controles policiales a evitar. En Galapagar se unieron Bukaneros y Alkor Hooligans.

Las sinergias entre los diferentes grupos de ideología afín son otro de los peligros aireados por la batalla campal de Madrid Río. Con Riazor Blues se alistaron soldados del Alcorcón y el Rayo Vallecano. Del lado del Frente lucharon hombres del Sporting de Gijón. El vaso comunicante entre unos y otros es la ideología. Los primeros, de extrema izquierda; los segundos, de extrema derecha.

Las redes sociales y herramientas como WhatsApp son de tremenda utilidad. Todos los eslabones de un grupo así pueden ayudar en las cacerías. "Protege tu ciudad. Si ves a alguien por nuestra ciudad con la bufanda o camiseta del rival, avisa en el grupo y vamos hacia allí. Todos podemos ayudar a la vigilancia con coches, con tu bici... Ayuda a proteger tu ciudad". Ese mensaje circuló por WhatsApp entre miembros de la peña radical de un equipo que recibía a uno de sus rivales ideológicos. Como los capos que utilizan a niños para alertar de la llegada de la Policía en las plazas de venta de droga, las secciones duras se emplean de quien sea para estas labores de "control y vigilancia".

Jimmy fue la segunda víctima mortal del Frente Atlético, después del asesinato en 1998 en condiciones que nada tienen que ver de Aitor Zabaleta. En contra de los radicales rojiblancos, están grupos de extrema izquierda como Bukaneros, Biris, Herri Norte (Bilbao), Indar Gorri (Osasuna) o Mújica (Real Sociedad). Después de la muerte de Jimmy, sendas sedes de peñas rojiblancas de Coruña y Sevilla fueron atacadas por miembros de Riazor Blues y Biris. El fin de semana ya se preparan homenajes en algunos estadios al soldado caído. "La guerra va a seguir".