España, de favorita para la Eurocopa 2004 y… de vacío

  • La última vez que España era favorita para una elección, la de la Eurocopa, se quedó con las ganas, con cara de tonta y se volvió sin nada.
Nacho Díaz

España vuelve a ser favorita. Pero no en lo deportivo, no. La Candidatura Ibérica (o lo que es lo mismo, España y Portugal) está en cabeza para convertirse en la sede del próximo Mundial de 2018, el siguiente tras el de Brasil. Rusia e Inglaterra parecen los países que nos podrían pegar un susto. Y Bélgica y Holanda, los otros que se presentan conjuntamente, son los convidados de piedra.

Pero de piedra ya nos quedamos una vez. La Eurocopa de 2004 parecía tener escrito el nombre de España. No fue así y la papeleta, tras los votos emitidos, contenía la palabra Portugal, la de nuestro país vecino. La decepción en Villar, presidente de la RFEF, el resto de la expedición y los españoles, en general, fue tremenda. Todo indicaba que era para España pero la UEFA nos metió un gol del que todavía no nos hemos recuperado.

En el fondo fue una mezcla de confianza y chulería. El por aquel entonces presidente de la UEFA, Lennart Johansson, recomendó a Ángel María Villar presentarse, precisamente con Portugal. Los lusos aceptaban el trato pero el presidente de la Federación Española de Fútbol decidió hacer caso omiso e ir por libre. Y no sé sabe si fue el no hacer caso a esa recomendación pero la elección como sede final se fue a Portugal.

Cierto es que sobre el papel España contaba con bastante ventaja sobre el país vecino y sobre Austria y Hungría, que luchaban juntos por llevarse el Europeo. La mayoría de los estadios, sino todos, estaban construidos y necesitaban pocas reformas, y la capacidad hotelera y las comunicaciones eran mejores que el resto. Pues dio igual.

La sorpresa de la elección

A pesar de que Portugal necesitaba construir varios campos y reformar prácticamente enteros el resto, la Eurocopa se fue para ellos.  Era el 12 de octubre de 1999. Ni siquiera los portugueses se lo creían. Fue casi tan sorpresa como la que sucedió cinco años después, en la propia Eurocopa, en el plano deportivo, cuando Grecia se alzó con el título de campeón.

Quizá lo peor, o lo más sangrante fueron las explicaciones de la UEFA: ""Se lo merecían por infraestructura, comunicaciones, estadios y hoteles". España contaba con muchas más plazas hoteleras y apenas tenía que hacer remodelaciones. Pero ya no sirvió de nada.

Ahora, sí que Villar ha decidido hacer casos a los consejos que le ha dado Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Y manos a la obra. El 12 de marzo de 2009, las Federaciones de España y Portugal confirmaron el registro de la candidatura, que se acabó por llamar Ibérica. Así ya no tenemos al enemigo pegado territorialmente, como sucedió hace una década.

Los mayores enemigos serán Inglaterra y Rusia y, sobre todo, el posible juego sucio en las votaciones. Los ingleses llevan intentando dinamitar este sueño desde hace meses. La Candidatura Ibérica es la que mejor nota ha conseguido en las evaluaciones preliminares. Los rusos cuentan con la desventaja de la distancia entre ciudades y de tener que construir estadios. Pero ya sabemos cómo se las gastan los "votantes". No va más. 2018 nos espera.

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