España se aferra a su puesto entre los grandes

  • El bronce logrado por la selección española de balonmano en el Campeonato de Europa de Dinamarca confirma la firme determinación del conjunto español para no perder el puesto entre los grandes que se ha ganado en los últimos años.

Javier Villanueva

Copenhague, 27 ene.- El bronce logrado por la selección española de balonmano en el Campeonato de Europa de Dinamarca confirma la firme determinación del conjunto español para no perder el puesto entre los grandes que se ha ganado en los últimos años.

Así lo ratifican las cuatro semifinales que el equipo español ha alcanzado desde el año 2011, un período de tiempo en el que, con la excepción de los Juegos Olímpicos de Londres, donde un gol en el último segundo del francés William Accambray le apartó de la lucha por las medallas, España siempre ha optado al podio.

El conjunto español volvió a pisar el cajón en Dinamarca, eso sí, dos peldaños más abajo que el pasado año en Barcelona, donde los "hispanos" se ciñeron ante un abarrotado palau Sant Jordi su segunda corona mundial.

Esta segunda estrella por momentos pareció pesar en exceso al equipo español, que consciente de su condición de favorito, así como del benévolo camino que el sorteo le había deparado, no pareció liberarse por completo hasta llegar a la semifinal.

La responsabilidad impidió a la selección redondear un partido completo tanto en la primera como en la segunda fase, ya que, cuando no fallaba el ataque, era la defensa la que no mostraba su mejor nivel.

Esta irregularidad permitió, sin embargo, que aflorara uno de los grandes valores de esta selección, su carácter competitivo, una férrea voluntad para resistirse a la derrota, que le permitió superar marcadores adversos.

En esas remontadas jugó un papel decisivo la defensa del conjunto español, la base sobre la que se han sustentado los éxitos de los últimos años, y que en Dinamarca, salvo en el duelo por el bronce con Croacia, ha sido incapaz de rendir al máximo nivel que acostumbra durante los sesenta minutos de juego.

Los altibajos no pueden ocultar al nuevo seleccionador español, Manolo Cadenas, que el camino para mantenerse entre los "grandes" pasa por profundizar y reforzar el trabajo defensivo.

Más margen para innovar parece tener Cadenas en ataque, donde el futuro y el presente, como quedó claro en este Europeo, pasa por la pareja que conforman Julen Aginagalde, que apenas necesitó cuatro partidos para volver a demostrar su condición de mejor pivote del mundo, y un estelar Joan Cañellas.

El central, que concluyó como máximo goleador de la competición, no sólo fue el mejor del equipo español, un jugador "imprescindible" como reconoció Cadenas, sino posiblemente el mejor jugador de un Europeo, en el que Cañellas dio el paso definitivo al estrellato mundial.

Mucho más abierto se presenta el futuro en puestos como el lateral derecho, donde el joven Alex Dujshebaev y Ángel Montoro se disputarán el puesto de acompañante de un Jorge Maqueda, que deberá atemperar su juego, demasiado descocado en bastantes ocasiones.

Igualmente abierto parece el destino del lateral izquierdo del conjunto español, donde no se descarta la presencia en próximas citas del joven Iosu Goñi como pareja de Joan Cañellas y Raúl Entrerríos, que seguirán alternándose tanto en el central como en el lateral.

Con estos posibles cambios de piezas Cadenas deberá dotar de su propio sello a un equipo al que esta medalla le dará la fuerza y la confianza necesarias para afrontar el duro camino hacia los Juegos Olímpicos de Río 2016, que arrancará el próximo año en Catar, donde España defenderá su título mundial.

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