Costa Rica está lejos de ser la bucólica Bután, donde la Felicidad Nacional Bruta guía al inocente país asiático. Pero es un pueblo sin la aspiración expansionista que antaño generó infinidad de guerras por todo el mundo. Por ello, cuando España aterrice en San José, estará en una nación que lleva más de 60 años sin ejército.
La selección costarricense defiende un territorio que abolió el ejército en 1948. En esa decisión tuvo un papel protagonista un criollo hijo de emigrantes catalanes, José Figueres Ferrer, que en poco más de dos meses pasó de liderar una breve guerra civil a ser presidente de Costa Rica. El 1 de diciembre de ese año, Figueres disolvió el ejército. A las puertas de la Guerra Fría, el país centroamericano se conviertía en el primero de todo el mundo que renunciaba a tener fuerzas armadas.
El proceso iniciado por Figueres Ferrer, que gozó de tres mandatos al frente de Costa Rica, lo consolidó la Constitución de 1949. En su artículo 12"se proscribe el Ejército como institución permanente". Países como Liechtenstein o Samoa seguirían su ejemplo, así como numerosas excolonias europeas, como Tuvalu o las Islas Salomón.
No podía ser de otra manera, la visita de España será aprovechada "en pro de la paz", según explican desde la Federación de Fútbol de Costa Rica. Pero, además, el partido ha sido declarado "de interés turístico" en vista de la inusitada expectación que ha levantado la campeona del mundo.
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