Este Real Madrid es otro

La llegada de Mourinho al Real Madrid hizo saltar todas las alarmas entre los amantes al toque y el buen fútbol en la casa blanca. La temporada pasada comenzó con los peores temores, aunque una balsámica goleada frente al Deportivo de la Coruña amansó a las fieras que anunciaban el fracaso del portugués.

Pero Mourinho, el más inteligente, lo tenía todo planeado. Primero quiso "ganarse" el favor de la prensa a base de titulares cada jornada. Semana sí y semana también, el portugués hizo que la prensa sólo tuviera un objetivo, José Mouriho. Los jugadores perdieron el protagonismo jocoso de antaño y se centraron en lo que mejor saben, jugar al fútbol.

Esta estrategia no valió para desbancar al Barcelona de lo más alto. El Real Madrid tuvo que conformarse con un título, que sólo cuando se pierde se convierte en "trofeo menor". Eso sí,  volvió a despertar la ilusión de una afición que adolecía de títulos.

Esta temporada una vuelta de tuerca

Esta campaña, el "nuevo" Madrid puso contra las cuerdas al equipo de Guardiola en la Supercopa. Aunque la derrota frente al Levante y el empate en el Sardinero hizo que volvieran a aparecer los fantasmas en el club de Concha Espina.

El profe Mourinho habló con sus chicos y estos han respondido al pie de la letra. La barbacoa en Valdebebas fue la conferencia de jefes de estado que necesitaba el vestuario blanco. Kaká ha vuelvo a ser el mejor, Benzemá e Higuaín han cogido una carrerilla lejos de estancarse y Cristiano Ronaldo continúa rompiendo récord a base de goles.

Este Real Madrid ha cambiado. Eso lo dicen las estadísticas, que tan de moda están en el periodismo deportivo actual. Es más vistoso, más atractivo y sobre todo levanta más pasiones. Ser del Madrid vuelve a estar de moda desde que ven al Barcelona por el retrovisor. Sólo un milagroso Levante hace añicos la ilusión de Florentino Pérez, de volver a ver a su equipo al mando de esta liga.

Frente a la Real Sociedad se ganó, aunque la brillantez de los últimos partidos no apareció en el césped de Anoeta. Aún así, el equipo madridista volvió a ser sobrio en defensa y contundente en ataque. Este es otro Madrid, aunque veremos si este cambio es suficiente para acabar con la hegemonía del Barcelona.