Forlán: adiós al héroe de la Europa League

Simao, De Gea, Agüero, Ujfalusi y ahora Forlán. El carrusel de salidas de jugadores ilustres continúa en el Atlético de Madrid y no ha perdonado ni al autor del gol más importante de la historia reciente del club. Al filo del límite del mercado de fichajes, el uruguayo se va al Inter de Milán tras haber brillado durante cuatro temporadas a orillas del Manzanares.

Aquel gol al borde del minuto 116 en Hamburgo lo cambió todo. Esa jugada representa el epítome de lo que es Forlán: desmarque, velocidad, llegada y finalización.  Semanas más tarde,  el "cacha" comandó en Sudáfrica a una Uruguay sedienta de un presente a la altura de su historia. Al cuarto puesto final, el delantero le sumó la distinción del mejor gol del torneo y, sobre todo, el "Balón de oro" al mejor jugador del Mundial.

Su valor subió y los rumores sobre su marcha al Real Madrid no se concretaron . Sin apenas descanso, llegó la Supercopa de Europa. "Quique" Sánchez Flores le rogó que adelantara su pico de forma para afrontar la final contra el Inter. Forlán obedeció, llegó a tono al partido y el Atlético ganó el título. El resto del año fue para olvidar. Apático, desubicado, desafinado, las críticas de su propio entrenador y los silbidos en el Calderón le instalaron en la mediocridad.

Forlán siempre fue sincero y frío en su afecto. Prefería enseñar abdominales a besarse el escudo de un club no sentía como propio. Tildado de "mercenario", su compromiso ha sido ejemplar estos cuatro años y su salida es asumida con normalidad. Agüero, que centró desde la banda en aquel gol ante el Fulham, juró amor eterno pero voló en cuanto tuvo opción. Personas distintas, caminos divergentes.

Su relación con la grada se resquebrajó, los gritos de "uruguayo" cesaron este último año. La motivación perdida, nada que ver con sus primeras temporadas. Llegó del Villarreal consagrado como uno de los mejores delanteros de Europa. Y en el Atlético explotó. Forlán regó de obuses los campos de la Liga. Con la izquierda y con la derecha, llenos de la rabia con la que siempre celebra sus goles. "Bota de oro" en 2009, su promedio -más de un gol cada dos partidos- refleja su magnífico rendimiento.

Con sus luces y sombras, el Atlético de Madrid se aprovechó de los mejores años de Forlán. Pero la relación, tirante desde hace tiempo, deriva en su marcha lleva al Inter de Milán. Su primera misión será recuperar la motivación de ser futbolista. Se despide otro de los pilares del último "doblete" colchonero. Adiós al héroe que apareció en aquel minuto 116 una noche de mayo.