La gaceta olímpica de Rio-2016

Anécdotas y curiosidades de los Juegos Olímpicos de Rio-2016, que continúan hasta el 21 de agosto:

Argentina y Uruguay tienen un nuevo e inesperado competidor en el tango: España. O al menos eso cree Orlando Ortega, el cubano nacionalizado español que ganó la plata olímpica en los 110 metros vallas. Era su primera gran competición como español y, envuelto en una bandera, habló con los periodistas de su nuevo país al término de la prueba en el estadio Olímpico de Rio. Explicó allí que se ha adaptado a nuevas costumbres desde que vive en España: "Me gusta tomar cañitas y bailar tango", afirmó ante la perplejidad de la prensa por esa alusión al tango como elemento identificatorio de la cultura española. Ortega tuvo mejor puntería poco después cuando dijo que quería celebrarlo comiendo una paella. "Pero de carne, que de marisco no me gusta", puntualizó. (AFP)

Un artículo del New York Times -"El carnaval de los sentidos de Rio no llega a la comida"- criticando la gastronomía de la ciudad y su aperitivo más popular, el "biscoito Globo", muy consumido en las playas. Ni sus fabricantes, según el diario, ni sus consumidores, eran capaces de decir a qué sabía. Es insulso, vaya. La crítica hirió sentimientos. Algunos cambiaron su foto de perfil en las redes sociales por el "biscoito": "Los estadounidenses pueden hablar mal de los bañadores pequeños, las capibaras (un roedor que invadió el campo de golf) e incluso el café. PERO QUE NO SE METAN CON MIS BISCOITO GLOBO", escribía en Twitter la usuaria "Menina flauta" (@kyungdim). (AFP)

El presidente de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), Bruno Grandi, lamenta que su deporte haya perdido un poco su parte artística y aunque considera "un fenómeno" a Simone Biles, encuentra sus movimientos artísticos "un poco forzados". En cambio, se deshace en elogios con el campeón masculino, el japonés Kohei Uchimura. Con un solo matiz: "El único ejercicio suyo que no me gusta es el suelo. Trata de hacer muchas acrobacias que no son para él, él tiene otra estructura mental". (AFP)

Péter Nagy llegó a la halterofilia recién en 2009, pero el húngaro de 30 años posee una amplia experiencia como hombre fuerte. Anteriormente repartió heladeras, empujó vehículos, levantó troncos de árboles así como enormes rocas, sin olvidarse de sus años como competidor de la prueba de 'hombre más fuerte' por siete ediciones. "En 2009 acabé con todo esto porque quería participar en los Juegos Olímpicos. Tres años después estaba en Londres-2012" recuerda Nagy, segundo en su serie en la categoria +105 kg y décimo en la clasificación final con un total de 420 kg, lejos de los 473 kg del vencedor, el georgiano Lasha Talakhadze. "Mi prueba preferida era la carrera cargando una barra con peso en cada lado. Uno debe correr lo más rápido posible y lo más lejos posible. Mi mejor marca era 25 metros con 420 kg de peso", recordó. (AFP).

Fabian Hambüchen, campeón olímpico de barra fija, hizo una petición tras ganar el oro: quería llevarse el aparato para instalarlo en su club de Wetzlar (centro-oeste de Alemania). El fabricante alemán Spieth Gymnastics accedió. "Vamos a regalarle la barra en oro, en reconocimiento a su fantástica carrera y a sus resultados excepcionales", explicó Jeanette Grau, directora del servicio comercial del fabricante germano a la agencia SID, filial de la AFP. Hambüchen ni tan solo tendrá que preocuparse por el transporte de un aparato que mide 240 cm de largo y 2,6 cm de diámetro, que el gimansta calculaba en unos 5.000 euros. "Claro que me satisface enormemente. Cuando llegue al gimnasio va a ser un acontecimiento", declaró el alemán, campeón del mundo de barra fija en 2007 y que ya tiene tres metales olímpicos (oro en 2016, plata en 2012 y bronce en 2008). (AFP)

bur/ma

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