García compensa el colapso español y McGowan, primer líder

  • Sergio García, el anfitrión del Castellón Masters, fue la cara amable con sus 67 golpes (-4) del estreno tormentoso del golf español en el campo de Borriol, pues se situó muy cerca del primer líder, el inglés Ross McGowan (-7).

Antonio Tomás

Borriol (Castellón), 20 oct.- Sergio García, el anfitrión del Castellón Masters, fue la cara amable con sus 67 golpes (-4) del estreno tormentoso del golf español en el campo de Borriol, pues se situó muy cerca del primer líder, el inglés Ross McGowan (-7).

García no defraudó en su campo. Ha marcado en su agenda este torneo como punto de inflexión para una nueva y mejor etapa. De entrada, el borriolense camina por la senda correcta: es cuarto, a tres golpes del líder (McCowan) y a uno del paraguayo Fabrizio Zanotti y del también inglés Richard McEvoy, ambos empatados en la segunda plaza.

El castellonense no quiere más sorpresas en el campo que le vio crecer. Hace un año falló el corte y del disgusto se encerró a cal canto en su casa. En el estreno de una nueva edición, García esta vez cumplió ante su gente.

Su buen inicio, además, compensó la insólita cadena de cortocircuitos inesperados de otros golfistas españoles de primera fila.

Pablo Martín fue al primero al que hoy se le cruzaron lo cables en Borriol. El día amaneció plácido y soleado, pero jugados sólo tres hoyos, y todos al par, Martín agarró su bola, tomó los bártulos y dijo 'adiós muy buenas'.

"Razones personales", justificaba la organización la espantada de Martín. "No me veía en el campo. Cogí la bola y me marché", relataba el malagueño, de 25 años y tres victorias en el Tour europeo, a su círculo más íntimo.

Lo que hizo Martín, estrella en sus comienzos y una de las apuestas prematuras de Nike, la gran multinacional que pocas veces se equivoca, fue sólo un madrugador desastre de lo que estaba aún por llegar.

Tampoco José María Olazábal tuvo su día, especialmente con el 'drive'. "Siempre la tengo que pifiar al final", dijo el vasco tras enviar la bola con el 'drive' al agua en el hoyo 17 y mostrar su desesperación por su dificultad en atravesar los cortes.

"La calidad de los golpes es el problema", dijo el capitán europeo para la Copa Ryder 2012 (73 golpes) y dos veces campeón en la catedral del golf, que es Augusta.

Mientras Olazábal se marchaba ofuscado al vestuario, el catalán Pablo Larrazábal firmaba una tarjeta con 78 (+7) sin 'birdies'.

"He jugado el peor golf del año", comentó el campeón del Abierto de Múnich de finales de junio y que figura undécimo en la lista de ganancias europea.

Larrazábal, el mejor amigo de John Daly, a quien rescata de su hábitat natural durante los torneos, su cuarto de hotel, para salir a cenar, necesitó 35 'putts' para terminar una muy mala vuelta.

Tanto lamento, colapso y "bogeys" lo compensó, sin embargo, Sergio García, el golfista que pretende dar un nuevo impulso a su carrera profesional desde el campo en donde ya ganó en 2008 la I edición del torneo castellonense.

García comenzó aquel año firmando 66 golpes. Tres temporadas después lo ha hecho con 67, aunque pode delante deberá rebasar al inglés McGowan, que ya sabe lo que es ganar en España (Madrid Masters de 2009), a McEvoy y sobre todo a Zanotti, el jugador de Asunción que ha cambiado "algunas cosas" en el aspecto mental y que busca su primera victoria en Europa.

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