Corría el minuto cuarenta del partido que enfrentaba al Deportivo de la Coruña y al Real Madrid. Los blancos, con su mejor primera mitad de la temporada, dominaban sobre el césped y en el marcador (0-1), pero el descanso se acercaba y la ventaja era muy corta.
Genio y figura, siempre polémico, Guti decidió culminar su gran actuación hasta el momento. Tras un rápido contragolpe, Kaká habilitó al '14' dentro del área, para que encarara a Aranzubía. Cuando a la mayoría de los futbolistas les tiemblan las piernas y a muchos se les nubla la vista, cuando hay que decidir qué hacer en milésimas de segundo, con un portero delante y la ocasión de sentenciar el partido, José María Gutiérrez tiene tiempo para moldear una maravilla.
El canterano vio, por el rabillo de ojo, como su compañero Benzema acompañaba la jugaba y se incorporaba por detrás. En lugar de ser egoista, le regaló el gol con un taconazo que le dejaba franco el disparo a puerta, con el portero y el defensa coruñés que intentaban bloquear el tiro de Guti, vencidos por la sorpresa.
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